Suramérica siempre
ha sido una tierra llena de misterio, con contrastes increíbles, y aunque
pareciera que es una pequeña parte del mundo, a la que muchos ven como un patio
trasero lleno en su mayoría de pobreza, desigualdad, subdesarrollo y mucho
malandro, esta parte sur de la gran América, es un vasto territorio donde
conviven países hermanos llenos de gente pujante, divertida y
algo pícara, con mujeres muy guapas, siendo naciones enamoradas de sus
propias costumbres, su comida y claro, del fútbol.
Comenzando los años ochenta mi papá siempre me contaba historias sobre la magia de los brasileros que prácticamente
habían inyectado al fútbol de los ingleses, el picante y la viveza del latino;
me entretenía hablándome de las proezas de un tal Pelé al que le decían El Rey, porque
había ganado con su selección tres mundiales (el primero con tan solo 17 años y
a domicilio en territorio sueco); me mencionaba también a unos tales charrúas,
que venían de un país pequeño llamado Uruguay, pero que se habían ganado dos títulos
mundiales, uno de ellos a Brasil en su propia casa. Entre tanto yo ya empezaba
a maravillarme con un tal Diego Armando Maradona, que era el llamado a suceder
al Rey brasilero comenzando esa década.
Y si bien el primer
mundial que vi en vivo y en directo fue España 82, tengo muy pocos flashes en
mi mente de ese Campeonato, aún cuando albergó partidos inolvidables como el Brasil 2 - Italia 3, o la accidentada semifinal entre Francia y Alemania que ganaron los teutones desde los doce pasos, solo recuerdo con nitidez un muñeco de cuerda de Naranjito
(la mascota del certamen), que me dieron en un cumpleaños.
Muñeco de Cuerda de Naranjito, la mascota de España 82.
Sin embargo, el que
si tengo muy grabado en mi memoria futbolística es el querido México 86, no
solo por la mascota llamada Pique (un ají con bigote que parecía un celador
promedio, solo que con un sombrero grande en vez de gorra), sino porque además fue
el que me permitió llenar mi primer álbum de Panini con el amplio patrocinio de
mamá y papá.
Pique, la mascota de México 86, una de las mejores de la historia.
Aunque ustedes no me lo crean en ese álbum habían monas difíciles de conseguir, las de Hungría y Paraguay no salían por ningún lado, así que tocaba
conseguirlas sueltas en el centro a precios exorbitantes. Ese álbum de México
86 tuvo un valor agregado, ya que salían láminas con los afiches oficiales de
cada campeonato del mundo, desde Uruguay 30 hasta España 82, simplemente una belleza!!!
Página de los Afiches Oficiales de los Munidales,
en el álbum Panini de México 86.
Lo raro es que en esos
dos mundiales, para mí el gran ausente era por supuesto Colombia. Aunque mi papá
y mi abuelo me llevaban asiduamente al Campín a ver a mi equipo, como parte de
su misión educativa y como método efectivo para inculcarme las buenas costumbres,
en ese entonces yo aún no comprendía del todo por qué mi Selección no estaba
invitada a la fiesta mundialista para compartir escena con los mejores combinados nacionales y sus mayores cracks
de la época como Zico, Sócrates, Platini, Belanov, Rummenigge, Maradona, Francescoli, Paz, Cabañas, Butragueño, Lineker, Sánchez o Scifo por solo citar algunos…..lo chusco y elegante que se hubiera visto el Miguel Nano Prince en ese álbum!
Algún día indagando
al respecto, mi papá me explicó cómo era que se jugaban unos partidos previos
en varios grupos, para escoger quién iba por cada continente a la cita orbital,
aún en 1986, el mundial solo tenía 24 equipos en su fase final (hermosa
costumbre que se mantuvo hasta Estados Unidos 94).
Desde entonces, empecé
a darme cuenta de lo difícil que resulta clasificar al mundial siendo un país afiliado
a la CONMEBOL, creo que es más fácil que Piedad Córdoba se haga la Lipo, que
Iván Mejía resalte lo bueno de alguien, o que saquen todas las temporadas de Yo
Sé Quién Sabe Lo Que Usted No Sabe en DVD. Las eliminatorias para Estados
Unidos 94, fueron las últimas que en Suramérica se hicieron por grupos. Para
Francia 98 empezó el sistema de todos contra todos en dos fases de ida y vuelta,
para colmo durante varios años siempre nos tocaba empezar con Brasil y cerrar en Asunción con el
equipo Guaraní, mejor dicho, estábamos más salados que una bola de mocos!
Alfonso Castellanos, recordado presentador del somnoliento
programa: Yo Sé Quien Sabe Lo Que Usted No Sabe
El sistema al final
es lo de menos, el problema es que para diez miembros de CONMEBOL, solo hay
cuatro cupos y medio, o en el mejor de los casos cinco cupos y medio (léase el
medio, como cupo al repechaje). Lo paradójico es que de los diez países que
disputan estas eliminatorias, tres son Ex Campeones Mundiales, lo que refleja el altísimo
nivel competitivo de la zona. No niego que en Europa cada tanto, por caprichos
del azar, se crucen un par de selecciones grandes en el mismo grupo, pero para
ser francos, la mayoría de estos se nutren con
potencias futbolísticas como Chipre, San Marino, Bielorrusia, Malta,
Islas Feroe, Goergia, Moldavia, Luxemburgo o Andorra, si nos descuidamos terminan
invitando al equipo de De Pies A Cabeza a jugar en la UEFA.
Selección de San Marino, desde su debut en 1990
nunca ganó un partido por competición oficial.
Otro claro ejemplo
de desigualdad, son las eliminatorias en CONCACAF, que aunque tienen un número
importante de países, son más aburridas que un concurso de pesca por radio,
pues en su mayoría son seleccionados con un nivel pobre como Cuba, Haití,
Belice, Islas Caimán, Anguila, Curazao, Aruba, San Vicente y las Granadinas, y otra
serie de naciones que nunca llegarán a las páginas del Panini. Quizás por esto
es que México no falta casi nunca a un Mundial (solo ha faltado a 5 ediciones),
tal como pasa con Estados Unidos y Costa Rica en los años recientes.
Mientras tanto acá,
en América del Sur, nos matamos entre todos, cada fecha es un parto, una
sorpresa y una batalla en la cancha, en esta parte del globo no hay partidos
fáciles, porque hasta con Bolivia cualquier equipo sufre en la altura y contra
Venezuela (especialmente Colombia), también se padece y se pasa mal desde hace
ya varias fases clasificatorias. Ya quisiera ver a México visitando el
Centenario, el Nacional de Chile, el Monumental de Núñez, el Defensores del
Chaco, el Morumbí, el Maracaná o el propio Metropolitano de Barranquilla, para
que sepan lo que es bueno, para que vivan los arbitrajes localistas tan propios
de estas latitudes, y especialmente para que dejen de decir futból, y comiencen
a decir fútbol!
El Centenario de Montevideo, uno de los estadios
históricos y de los más difíciles para jugar de visitante.
Puedo ser muy iluso
en pensar que algún día se unificarán en una sola Confederación a todos los países
de América, pero ese debería ser el derecho de las cosas. Por ahora hay que
seguir bailando con la más fea, tendremos que plantarle cara a Argentina, a Brasil,
a Uruguay, a Chile, a Paraguay, a los demás y
a uno que otro árbitro como Amarilla, Osses o Pitana, mientras que al mismo tiempo México estará muy preocupado, prácticamente sin dormir, porque el virus del
Zika está muy esparcido por todo el Caribe.
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