viernes, 25 de marzo de 2016

Bailando Con La Más Fea!

Suramérica siempre ha sido una tierra llena de misterio, con contrastes increíbles, y aunque pareciera que es una pequeña parte del mundo, a la que muchos ven como un patio trasero lleno en su mayoría de pobreza, desigualdad, subdesarrollo y mucho malandro, esta parte sur de la gran América, es un vasto territorio donde conviven países hermanos llenos de gente pujante, divertida y algo pícara, con mujeres muy guapas, siendo naciones enamoradas de sus propias costumbres, su comida y claro, del fútbol.

Comenzando los años ochenta mi papá siempre me contaba historias sobre la magia de los brasileros que prácticamente habían inyectado al fútbol de los ingleses, el picante y la viveza del latino; me entretenía hablándome de las proezas de un tal Pelé al que le decían El Rey, porque había ganado con su selección tres mundiales (el primero con tan solo 17 años y a domicilio en territorio sueco); me mencionaba también a unos tales charrúas, que venían de un país pequeño llamado Uruguay, pero que se habían ganado dos títulos mundiales, uno de ellos a Brasil en su propia casa. Entre tanto yo ya empezaba a maravillarme con un tal Diego Armando Maradona, que era el llamado a suceder al Rey brasilero comenzando esa década.

Y si bien el primer mundial que vi en vivo y en directo fue España 82, tengo muy pocos flashes en mi mente de ese Campeonato, aún cuando albergó partidos inolvidables como el Brasil 2 - Italia 3, o la accidentada semifinal entre Francia y Alemania que ganaron los teutones desde los doce pasos, solo recuerdo con nitidez un muñeco de cuerda de Naranjito (la mascota del certamen), que me dieron en un cumpleaños.
Muñeco de Cuerda de Naranjito, la mascota de España 82.

Sin embargo, el que si tengo muy grabado en mi memoria futbolística es el querido México 86, no solo por la mascota llamada Pique (un ají con bigote que parecía un celador promedio, solo que con un sombrero grande en vez de gorra), sino porque además fue el que me permitió llenar mi primer álbum de Panini con el amplio patrocinio de mamá y papá. 
Pique, la mascota de México 86, una de las mejores de la historia.

Aunque ustedes no me lo crean en ese álbum habían monas difíciles de conseguir, las de Hungría y Paraguay no salían por ningún lado, así que tocaba conseguirlas sueltas en el centro a precios exorbitantes. Ese álbum de México 86 tuvo un valor agregado, ya que salían láminas con los afiches oficiales de cada campeonato del mundo, desde Uruguay 30 hasta España 82, simplemente una belleza!!!
Página de los Afiches Oficiales de los Munidales, 
en el álbum Panini de México 86.

Lo raro es que en esos dos mundiales, para mí el gran ausente era por supuesto Colombia. Aunque mi papá y mi abuelo me llevaban asiduamente al Campín a ver a mi equipo, como parte de su misión educativa y como método efectivo para inculcarme las buenas costumbres, en ese entonces yo aún no comprendía del todo por qué mi Selección no estaba invitada a la fiesta mundialista para compartir escena con los mejores combinados nacionales y sus mayores cracks de la época como Zico, Sócrates, Platini, Belanov, Rummenigge, Maradona, Francescoli, Paz, Cabañas, Butragueño, Lineker, Sánchez o Scifo por solo citar algunos…..lo chusco y elegante que se hubiera visto el Miguel Nano Prince en ese álbum!

Algún día indagando al respecto, mi papá me explicó cómo era que se jugaban unos partidos previos en varios grupos, para escoger quién iba por cada continente a la cita orbital, aún en 1986, el mundial solo tenía 24 equipos en su fase final (hermosa costumbre que se mantuvo hasta Estados Unidos 94).

Desde entonces, empecé a darme cuenta de lo difícil que resulta clasificar al mundial siendo un país afiliado a la CONMEBOL, creo que es más fácil que Piedad Córdoba se haga la Lipo, que Iván Mejía resalte lo bueno de alguien, o que saquen todas las temporadas de Yo Sé Quién Sabe Lo Que Usted No Sabe en DVD. Las eliminatorias para Estados Unidos 94, fueron las últimas que en Suramérica se hicieron por grupos. Para Francia 98 empezó el sistema de todos contra todos en dos fases de ida y vuelta, para colmo durante varios años siempre nos tocaba empezar con Brasil y cerrar en Asunción con el equipo Guaraní, mejor dicho, estábamos más salados que una bola de mocos!
Alfonso Castellanos, recordado presentador del somnoliento 
programa: Yo Sé Quien Sabe Lo Que Usted No Sabe

El sistema al final es lo de menos, el problema es que para diez miembros de CONMEBOL, solo hay cuatro cupos y medio, o en el mejor de los casos cinco cupos y medio (léase el medio, como cupo al repechaje). Lo paradójico es que de los diez países que disputan estas eliminatorias, tres son Ex Campeones Mundiales, lo que refleja el altísimo nivel competitivo de la zona. No niego que en Europa cada tanto, por caprichos del azar, se crucen un par de selecciones grandes en el mismo grupo, pero para ser francos, la mayoría de estos se nutren con  potencias futbolísticas como Chipre, San Marino, Bielorrusia, Malta, Islas Feroe, Goergia, Moldavia, Luxemburgo o Andorra, si nos descuidamos terminan invitando al equipo de De Pies A Cabeza a jugar en la UEFA.
Selección de San Marino, desde su debut en 1990 
nunca ganó un partido por competición oficial.

Otro claro ejemplo de desigualdad, son las eliminatorias en CONCACAF, que aunque tienen un número importante de países, son más aburridas que un concurso de pesca por radio, pues en su mayoría son seleccionados con un nivel pobre como Cuba, Haití, Belice, Islas Caimán, Anguila, Curazao, Aruba, San Vicente y las Granadinas, y otra serie de naciones que nunca llegarán a las páginas del Panini. Quizás por esto es que México no falta casi nunca a un Mundial (solo ha faltado a 5 ediciones), tal como pasa con Estados Unidos y Costa Rica en los años recientes.

Mientras tanto acá, en América del Sur, nos matamos entre todos, cada fecha es un parto, una sorpresa y una batalla en la cancha, en esta parte del globo no hay partidos fáciles, porque hasta con Bolivia cualquier equipo sufre en la altura y contra Venezuela (especialmente Colombia), también se padece y se pasa mal desde hace ya varias fases clasificatorias. Ya quisiera ver a México visitando el Centenario, el Nacional de Chile, el Monumental de Núñez, el Defensores del Chaco, el Morumbí, el Maracaná o el propio Metropolitano de Barranquilla, para que sepan lo que es bueno, para que vivan los arbitrajes localistas tan propios de estas latitudes, y especialmente para que dejen de decir futból, y comiencen a decir fútbol!
El Centenario de Montevideo, uno de los estadios 
históricos y de los más difíciles para jugar de visitante.

Puedo ser muy iluso en pensar que algún día se unificarán en una sola Confederación a todos los países de América, pero ese debería ser el derecho de las cosas. Por ahora hay que seguir bailando con la más fea, tendremos que plantarle cara a Argentina, a Brasil, a Uruguay, a Chile, a Paraguay, a los demás y  a uno que otro árbitro como Amarilla, Osses o Pitana, mientras que al mismo tiempo México estará muy preocupado, prácticamente sin dormir, porque el virus del Zika está muy esparcido por todo el Caribe.




Imágenes Cortesía de:

martes, 15 de marzo de 2016

Muchos Los Invitados, Aún Más Los Colados!!!

Hace muchos años, cuando apenas empezaba mi tierna infancia, la televisión en Colombia tenía solamente tres canales, bueno, en realidad eran dos y medio, porque la Cadena 3 solo transmitía por raticos y lo poco que pasaban por su pantalla, eran en su mayoría, programas importados de carácter cultural pero más viejos que el Almanaque Bristol.
Logotipo de la Cadena 2 de Inravisión.

Ya para esos años, en plena década de los 80s (la mejor década de todas), yo comencé a entender un poco más la vida que me rodeaba y claro, parte de ella comenzaba a girar en torno al fútbol y al amor por mi equipo, motivado en gran parte por mi abuelo y mi papá que me heredaron los colores y el buen gusto. Si bien en esos años la vida era muy feliz, y se pasaba rápidamente entre jugar fútbol todo el día, los guayos AS de suela roja, el muñeco de Guri Guri que venía con el Sustagen, los Chitos (no los Cheetos), los Gudis, los Snackies de Queso, el Estralandia, los carros Tonka o Majorette, las botas Machita, el mete gol tapa, los Garbage, Tarro, Yermis, las navidades con chispitas Mariposa y mucha pólvora, el Heladino, Gárgamel corretiando a los Pitufos, los Thundercats, la Pizza Nosstra y uno que otro carro bomba, la televisión era una parte central de  mi vida, y la de muchos otros que se maravillaban con un montón de programas “enlatados” y nacionales, que nos marcaron para siempre.
Guri Guri, personaje de la novela Calamar, salió en muñecos
de plástico con la bebida instantánea Sustagen.

El horario de la televisión criolla por esa época, era más extraño que ver a Adrián Vélez pitando honestamente un clásico bogotano, ya que había que esperar hasta las 11:00 a.m. luego de unas horas largas de programas educativos (nunca conocí a nadie que los viera por gusto propio), para que empezara la transmisión de seriados y el noticiero del medio día; a eso de las 2:00 p.m. arrancaba nuevamente la franja de la televisión educativa (bostezos!), y de nuevo hasta las 4:00 p.m. volvía la programación normal que iba hasta las 11 o 12 de la noche. La jornada cerraba con el himno nacional y la aparición de un letrero que decía: “Fin de la Emisión”. De inmediato la pantalla se llenaba de barras de colores y quedaba sonando un hermoso pitico que resultaba más fastidioso que la voz de Xiomy, un discurso de Roy Barreras o las lambonerías de Carlos Antonio Vélez en un partido de Nacional.
La hermosa Xiomara Xibille, animaba un programa infantil pero 
su timbre de voz era toda una prueba de aguante para los televidentes.

Eso sí, el fin de semana muy a las 7 a.m. ya habían dibujitos animados y programas que alegraban a cualquier niño en sus dos días de “descanso”. Desde entonces siempre he creído que a veces menos, es más! pues aunque no teníamos un servicio de televisión con más de tres canales, ni mucho menos acceso a una señal las 24 horas, los programas y seriados de aquellos años eran realmente buenos, y entretenidos.

Así se veía la pantalla cuando Inravisión quedaba fuera del aire.

Y hoy en día, con el FPC me pasa lo mismo, no sé si es que me estoy poniendo viejo (ahora estoy en mis tiernos 30s), pero me da nostalgia recordar lo que era nuestro rentado hace unos 25 años, cuando los equipos de siempre animaban el torneo. En esos tiempos, los estadios no albergaban barras bravas, pero si acogían la gente mezclada en las tribunas, se disfrutaba de la magia de verdaderos cracks en diferentes equipos, y lo más importante, los hinchas aún eran fieles a sus ciudades de origen, como Dios manda. Recuerdo con claridad que la liga era la de siempre, no cambiaba mucho en realidad, pero siempre estaba condimentada con los mismos invitados como el Atlético Bucaramanga, el América de Cali, el Cúcuta Deportivo, el Deportivo Cali, el Cristal Caldas, el Deportes Quindío, el Deportivo Pereira, el Independiente Medellín, el Atlético Junior, Millonarios, el Independiente Santa Fe, el Atlético Nacional, el Unión Magdalena y el Deportes Tolima.
Cristal Caldas, 1983 con Alexis García, Manuel Rincón y Ricardo Chicho Pérez entre otros.

Aunque la Copa Concasa (primer torneo de ascenso), inició en 1991 permitiendo a Envigado FC ser el primer equipo ascendido en la historia del FPC, no sé muy bien en qué momento nuestra Liga se transformó lentamente en un inquilinato pobre, desvencijado, abandonado y más triste que un chiste de Sábados Felices, interpretado por los actores del programa.

Sin ánimo de ofender a nadie, el Fútbol Colombiano ha ido adoptando equipos que como almas en pena van de cancha en cancha y de pueblo en pueblo, buscando que alguien los quiera, pero basta ver las tribunas cuando fungen como locales en estadios que parecen maquetas de obras negras, para darse cuenta que a veces hay más vendedores de agua o policías bachilleres, que fanáticos de esas escuadras. Obvio que la culpa no es de los que llegan a la A, quizás es más culpa de aquellos que se fueron a segunda división y se amañaron en esa miedosa y confusa categoría, a la que yo defino como una incómoda dimensión desconocida.

Yo sin ser hincha de algunos equipos, extraño cada tanto al Ciclón Bananero, al Grande Matecaña o al equipo Cuyabro, que al final siempre han tenido hinchas, mística, historia y pasados más gloriosos que el presente de algunos recién  llegados, que en muchos casos, dejan en nosotros menos huella que un disco de Aura Cristina Gheitner.

Disco "Calor" de Aura Cristina Gheitner, 1994.

He llegado a pensar que como acá copiamos todo lo malo, en algún momento de inspiración, los viejitos barrigones de la Dimayor al borde de la llenura en cualquiera de sus almuerzos, quisieron imitar al decadente torneo argentino que en el último tiempo pasó de 20 a 30 equipos, de los cuales, si uno se descuida, los puede confundir fácilmente con los participantes del Mil Ciudades o la Copa Milo. Veo muy difícil que la Liga colombiana se depure, y ahora menos cuando con tantos equipos hay partidos todo el día, todos los días, porque la televisión de hoy, así no sea buena en contenido, pesa mucho en la ecuación.

Y les confieso, que por mucho amor que le tenga al fútbol, me niego a someterme a gastar mi tiempo viendo un Tulúa Vs Chicó en polvo de ladrillo, o un Jaguares – Alianza sin tribuna oriental, o un Equidad – Fortaleza lleno de empleados de lado y lado en la tribuna.

Mejor me refugio en mis programas ochenteros, y a manera de terapia, ya mismo alisto el Betamax Zenith, preparo el limpiador de cabezas y daré rienda suelta a mi archivo privado, para que Colt Seavers, Willy Tanner, Agnus MacGyver, Murdock, Jodie, la Familia Huxtable, Eutimio Pastrana Polanía, la Señora Renatica, Pepita Mendieta, Generoso el Guajiro, el Tío Júpiter, Chopan o Nerón Navarrete, me hagan olvidar al menos por un momento, que la fiesta del fútbol nacional se nos llenó de colados, que llegaron con los zapatos sucios, que no trajeron nada de trago y que además se nos comieron la pega en la cocina.
Eutimio Pastrana Polanía (Hernando Casanova) y Rosalbita (Gloria Gómez),
en el gran Seriado Don Chinche.





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sábado, 20 de febrero de 2016

Si Me Estima, Si Me Estima!!!

Los refranes y adagios populares están instaurados en nuestra sociedad desde tiempos inmemoriales. Este país que preserva de generación en generación tradiciones como curar hemorragias con café, mitos como que la tierra se “traga” a los niños que le contestan mal a la mamá, o que si uno abre acalorado la nevera después de llegar de un partido de fútbol se le tuerce la boca, también hereda con el tiempo a sus más jóvenes habitantes, frases que ya eran viejas y muy usadas por los tatarabuelos, incluso desde cuando Amparo Grisales iba al Jardín Infantil.

El adagio en sí mismo es una frase corta que denota cierta sabiduría, bien sea por experiencia propia de quien la dice, o porque la gente con el tiempo comienza a creer que así es, per se. No es necesario visitar una Fonda Paisa como Los Abuelos Antioqueños o El Chicarrón Totiado (piqueteadero bogotano donde atendía un buen hombre disfrazado de Condorito para atraer comensales), para recordar refranes como: Al que madruga Dios lo ayuda! Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente! El inocente come mierda y vive gordo! O las favoritas de Antonio Cervantes Kid Pambelé: Es mejor ser rico, que pobre!  Y aquella otra preferida por los boxeadores, que dice: Es mejor dar, que recibir!
Antonio Cervantes Reyes "Kid Pambelé", dos veces Campeón Mundial Welter Junior.

Por supuesto, en el fútbol profesional colombiano, peculiar ecosistema lleno de raras especies como locutores, comentaristas, árbitros, jueces de línea, entrenadores, jugadores y uno que otro auspiciante (desde cremas analgésicas hasta estimulantes sexuales para el 3er tiempo), hay frases que sin ser muestras de sabiduría o reflexión, prácticamente ya son refranes populares que se usan en la cotidianeidad por haberlas oído millones de veces en transmisiones radiales o televisivas por más de dos décadas, y otras con origen en el fútbol amateur que por pura genialidad criolla se van extendiendo por canchas y potreros de todo tipo, sin importar barrio, estrato o talento. Al final ambas vertientes aportan una creatividad exagerada para condimentar todo partido de fútbol aficionado a lo largo del territorio patrio.

Y para la muestra, qué oficinista no ha dicho el día de la fiesta de fin de año de la empresa (una vez, que pescando en río revuelto ha convencido a alguna compañera de oficina para irse de remate a un grill “de lo más de reservado”): “Que no me esperen en la casa!!!” O acaso qué chofer de flota no ha dicho (al dirigirse al baño en un parador de carretera), luego de engullir un cuchuco con espinazo y jugo de curuba en leche: “ésta es una de las dos cosas que más me gusta hacer en la vida, compañero compañero”.

Y claro, entrando al infinito cosmos del fútbol aficionado, cada jugador, cada equipo y cada barrio, van construyendo un lenguaje propio en la cancha y de ahí en adelante, lo aplican para el resto de los ámbitos de su vida diaria. Frases tan famosas como Si me estima, si me estima (para que quien lleva el balón, haga un pase a su compañero en mejor posición de gol), o A los dijes, a los dijes (donde el que centra, debe apuntar al pecho de su coequipero), y mejor aún, Hágame famoso, hágame famoso (para que con un pase que espera quien pide el balón, convierta un gol y se vuelva figura del encuentro), son solo algunas perlas de nuestro universo paralelo con la “pecosa”.

En este mismo sentido, tuve la suerte de tener como entrenador por muchos años en mi Colegio, a una leyenda de Independiente Santa Fe, tres veces campeón con el Expreso Rojo en la década del 60, y mundialista con la Selección Colombia en Chile 62, el gran Carlos Copetín Aponte (Q.E.P.D), o el Chiquito Aponte, como también le decían en esa época. Lateral izquierdo, nacido en Boyacá pero con alma albiroja durante toda la vida, con exquisita técnica y un carácter recio que compensaba su baja estatura. Carlos fue uno de esos valiosos talentos criollos, no solo en la cancha como jugador, sino que durante su vida de entrenador, y de alguna manera como pedagogo a través del fútbol, expresaba ciertas frases que a continuación les compartiré.
Santa Fe años 60: Primera fila de izquierda a derecha: Justiniano Montaña, Jaime Silva, Ricardo Pegnoty, Hernando ‘Mono’ Tovar, Carlos Rodríguez, Carlos ‘Copetín’ Aponte. Segunda fila: José ‘Pepillo’ Marín, Juan Montero, Osvaldo Panzutto, Alberto Perazzo y Héctor ‘Zipa’ González.

Estos dichos que estaban casi patentados por Aponte, los usó ampliamente cada vez que dirigió y con los años casi que se volvieron refranes populares para nosotros, sus propios jugadores, que veces no entendíamos si las decía en la calentura de los partidos para motivarnos, para regañarnos, para confundir a los rivales, para exasperar a los árbitros o para hacer reír a uno que otro espectador fortuito:
-Arbitro, pita más una olla exprés!
-Ese “pelao” no mete un ciego a un charco!
-Pica mas una cobija de plumas!
-Parece mexicano, puro taquito!
-Por qué la mandó (la pelota) tan arriba? Va a hacer llover?
-Corre más un marica en chanclas!
-Salta más un balín en un arequipe!
-Pica más un ají de guayaba!
-Si tiene miedo, le compro un perro!
-No pelea una herencia!
-Ospina, qué tal está el partido?
-No marca un cuaderno!
-No para un bus en la 68!
-Si el balón está malo, dele un Mejoral!
-Hizo una de Pelé y otra suya!
-Se volvió Ingeniero que ahora solo hace túneles?
-Tienen más garra los fríjoles de La Modelo!
-Con ese lomo yo hubiera sido cantante!
-Se mueve más una oreja!
-Tiene más sangre un calado!
-Hidalgo escrituró ese pedazo de cancha?
-No se saca un poste!
-Tiene más regreso Carlos Lehder!
-No cabecea ni en la Gaviria (nombre de una reconocida funeraria de Bogotá).
Carlos Lehder Rivas, Narcotraficante del Cartel de Medellín condenado en Estados Unidos, inicialmente a una cadena perpétua, más 135 años de prisión.

Pero más allá de estas frases tan futboleras y tan propias, nunca voy a olvidar la anécdota de un buen amigo quien los domingos tenía por costumbre (hace ya muchos años), desenguayabar con su grupo de amigos más cercanos en un parque a dos cuadras de la casa, jugando partidos amistosos casuales en esa cancha tipo Pescaito. Efectivamente, un domingo encontraron equipo rival y si bien el acuerdo para el partido entre los dos equipos fue cordial, algunos jugadores adversarios lucían un poco mal encarados, en el preciso momento de  iniciar el cotejo amistoso-aficionado, uno de los rufianes le soltó esta perla a mi amigo Juan Manuel: “Bueno Mono, ahora si póngase el smoking y los de charol que comenzó el baile!!!”

La historia es verídica, pero yo en su lugar con semejante frase solo hubiera podido responderle: Me asustastes, como dice Williamsito!







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domingo, 7 de febrero de 2016

Buenas, ¿Para Lo Del Sin Tocayo?

Nunca he entendido muy bien, por qué razón en Latinoamérica, pero especialmente en nuestro país, la gente no solo tiende a ponerle a los hijos nombres extranjeros condimentados con apellidos criollos, sino que en algunos casos retando a las buenas costumbres y al diablo, también bautizan la prole con apellidos extranjeros pero usándolos como nombre de pila. Lo mejor del cuento, es que no contentos con estas recetas antroponímicas (la ciencia que estudia el origen de los nombres), el colombiano promedio para darse caché, se inventa simplemente nombres que no tienen ni explicación, ni ortografía, ni pies, ni cabeza, ni razón de ser.

Esto de los nombres raros es algo que desde mis años de infancia ya me generaba cierto morbo (no solo porque en la TV Colombiana de los 80s, Jorge Barón TV transmitía una sección llamada el Sin Tocayo, donde gente de todo el país se inscribía enviando la fotocopia de la cédula, con la esperanza que ningún otro paisano tuviera su nombre para ganar “lindos premios”), sino que además, en mi colegio algunos alumnos aparecían cada tanto para engrosar la misma lista, de haberlo querido.
Concurso El Sin Tocayo, de Jorge Barón Televisión.

Recuerdo a un niño que estudió conmigo por allá en tercero de primaria, su papá era holandés y su mamá valluna, se llamaba Robert Brent Harding Carvajal, obvio, todos le decían Carvajal. También viene a mi mente el hijo de un portero en una conocida empresa donde trabajó mi papá empezando la década del 90, que se llamaba Johan Sebastián Chisgátiva, o el de un compañero que se graduó conmigo del colegio que se llamaba Jhonny Eric Walker Palacios (no estoy jodiendo)! y claro, evoco con algo de temor, a mi Profesor de Historia Económica Colombiana (ya en la Universidad), un costeño dicharachero pero rabón como ningún otro, que se llamaba Elber Verdugo, o como le decíamos todos: El Verdugo! Siempre nos preguntamos qué tipo de venganza quería tomar el papá de Elber para crucificarlo de por vida con semejante herencia.

Y si hacemos memoria, el fútbol profesional colombiano desde que me conozco, ha sido una fuente interminable de nombres extraños, ni qué decir de los apodos (pero eso da para otro capítulo). Puedo recordar por ejemplo nombres muy poco convencionales de jugadores ya retirados o al borde del retiro, como Dorian Zuluaga, Astolfo Romero, Maler Tressor Moreno, Jhonier Montaño, Arley Dinas, Jefrey Díaz, Kevin Rendón, Freddy Indurley Grisales, James Cardona, Jerson González, Giovanni Cassiani, Kilian Virviescas, Neider Morantes o Farley Hoyos, entre otros.
El querido Totono Grisales y su peculiar celebración en la Copa América 2001.

En estos casos, de haber estado en los zapatos de tan nobles glorias del rentado nacional, con todo respeto y haciendo honor a la verdad, hubiera preferido dado el caso, cambiarme el nombre y usar uno artístico, así como lo hicieron en su momento Gladys Caldas (Claudia de Colombia), Elmer Figueroa Arce (Chayanne), Gloria María Milagrosa Fajardo (Gloria Estefan), Mario Luis Kreutzberger (Don Francisco), o Miguel Américo Belloto (Miguel Varoni).
Chayanne, o Elmer Figueroa Arce, su nombre real.

En este punto, me di a la tarea de reconfirmar si en la actualidad, esta disparatada práctica de los nombres insólitos sigue estando vigente en el ADN de nuestro fútbol, los resultados son simplemente para chuparse los dedos:
-Deportivo Cali: Helibelton Palacios, Jhon Janner Lucumí, Eduard Caicedo, Harrinson Mojica, Brandon Agudelo, Jean Pierre Angulo.
-Atlético Nacional: Sherman Cárdenas, Macnelly Torres, Marlos Moreno, Rodin Quiñonez, Brayan Rovira.
-Independiente Medellín: Marlon Piedrahita, Johan Arango, Faider Burbano, Didier Moreno.
-Deportivo Pereira: Alí Rodolfo Reyes
-Cortulúa: Jown Cardona, Mayer Andrés Candelo, Heinsen Izquierdo.
-Once Caldas: Stiven Alzate, Wiston Cifuentes, Harrison Henao, Franklin Lucena
Karol García.
-Millonarios: Macallister Silva, Lewis Ochoa, Deiver Machado.
-Equidad: Stalin Motta, Dhawlin Leudo, Roger Torres, Dager Palacio, Amaury Torralvo, Geovan Montes.
-Pasto: Cléider Alzate, Yoiver González, Mairon Quiñonez.
-Junior: Josimar Gómez, Jarlan Barrera, Edinson Toloza, Yony González, Deivy Balanta, Yorleys Mena.

Dejé para el postre al Envigado FC, que cuenta no solo con el veterano Breiner Castillo, y con Venji  Castrillón (si con V y no con B), sino que presenta en su nómina de 2016 a Michael Nike Gómez, a quién su padre quiso ponerle Michael Knight en homenaje al personaje protagónico de su programa favorito de la época “El Auto Fantástico”, pero por error o capricho del notario, el Knigth quedó cambiado de un solo tajo por Nike, como la marca de ropa deportiva. Menos mal el papá era fanático de El Auto Fantástico y no de Guardianes de la Bahía, porque capaz que el notario le hubiera terminado poniendo a la creatura Mitch Buchanan’s Gómez o algo semejante…..Dios nos ampare!
Michael Knigth, personaje protagónico de El Auto Fantástico.

Ante semejantes antecedentes bautismales, y con tremendo presente notarial de nuestros futbolistas, no resulta extraño que cifras recientes de la Registraduría Nacional, den fe, que alrededor de 1.000 colombianos sean considerados “Sin Tocayo”, y nombres como Bunkuaringumu,  Lindemeyer, Dositeo, Elyn Romeo, Euro Jesús y Yiliso seann apenas algunos ejemplares, de la infinita creatividad de las más recientes generaciones progenitoras. Eso sí, a mi jamás se me va a borrar de mi inocente mente, aquel Sin Tocayo que vi ganar en vivo por allá en los 80s, el buen hombre se llamaba Chibraufrime, no me pregunten por qué lo recuerdo hasta hoy, pero es de esos datos inútiles que una vez almacenados en la cabeza, no se van más, así como el nombre de Elber Verdugo o el nombre de pila del segundo Puchis en Dejémonos de Vainas: Carlos de la Fuente.

No sé si ustedes ya tienen descendencia, de ser así, espero de todo corazón que no le hayan puesto nombres a sus hijos que fomenten el bullying desde Pre Kinder hasta el día en que se conviertan en nobles oficinistas; pero si aún no han tenido retoños, cuando se decidan, recapaciten y háganle un homenaje a su futbolista favorito cuando bauticen los herederos, eso sí, dando por sentado que su ídolo no se llama Mayer Andrés.





Revista Zape Pelele No. 7
www.denunciando.com

domingo, 24 de enero de 2016

Me Quedo Con Un TV y Novelas

Colombia es un país lleno de folclor, color y sabor, o eso al menos es lo que decimos los mismos colombianos cuando viene un extranjero del origen que sea, y sacamos pecho dándole a probar bandeja paisa de 4.500 calorías, mamoncillos que manchan la ropa de por vida o un sancocho trifásico que deja al borde de un paro cardíaco al invitado de turno; pasa igual cuando quedamos bien escalafonados en cualquier ranking traído de los cabellos, como el país con más reinados por kilómetro cuadrado, o por ser extrañamente dizque el segundo país más feliz del mundo (aunque la gente aún muere esperando una cirugía urgente por más de 9 meses, o peor aún, cuando algunos niños en pleno siglo XXI se mueren por desnutrición), pero en todo caso los problemas de siempre, el conflicto (o postconflicto?) armado y los políticos, no logran arrancarnos del todo la esperanza ni apagar nuestra simpática forma de ser.

Y muestra de ello, de esa sabrosura tropical, se evidenció el pasado 21 de enero en la ceremonia que Win Sports transmitió por su señal en el marco del sorteo para la Liga Águila, la Copa Águila, y el Torneo Águila 2016, evento que por supuesto, contó con la oportuna presencia de 3 Chicas Águila que muy seguramente tuvieron que aguantar más de una mirada lasciva de alguno de esos viejos verdes que plagaban el lugar.

Es apenas lógico que cualquier entrega de premios pueda ser objeto de suspicacias, inconformismo y reclamos, prueba de ello es que en los Premios Óscar de este año, que celebran su versión número 88, y que serán entregados el próximo 28 de febrero en el Teatro Dolby de Los Ángeles, están en vilo porque referentes afroamericanos del séptimo arte como el Director Spike Lee y el Actor Will Smith, lideran una boicot al confirmar que no asistirán a este evento, como protesta porqué ningún actor negro fue nominado este año, alegando a su vez que habían actores y películas con méritos de sobra, que podrían haber aspirado a la estatuilla. Los mencionados artistas, y gran parte de la opinión afroamericana consideran que hay discriminación en gran parte por la forma como el jurado de la Academia está conformado, pues en más de un 90% son personas blancas.
Will Smith, en visita a la ciudad de Ibagué en compañía de Marc Anthony.

Así pues, resulta complejo que en cualquier entrega de galardones todos y todas (mejor decirlo así, antes de herir susceptibilidades de algún damnificado de la Bogotá Humana), queden conformes con los ganadores. Yo no soy nadie para afirmar que la forma en que se votó en los Premios de la Liga, (se ponderó el voto con José Pékerman (15%), James Rodríguez (15%), los capitanes de los clubes (15%), los diferentes técnicos de los clubes (20%), la prensa (20%) y el público en general (15%)), no haya sido la más adecuada, pero era muy previsible anticiparse a algunos resultados desde antes de conocer incluso los nominados.

En general y leyendo opiniones en redes sociales, se comenzó a sentir una gran inconformidad en algunas categorías desde el comienzo, confieso que yo estaba hipnotizado cuando vi al agudo César Augusto Londoño con el uniforme de gala de algún sobrino, pero era obvio, por su talla le hubiera quedado a la medida el uniforme de cualquier sobrino, en todo caso con el paso de los minutos fui tomando conciencia y comencé a retarme a mí mismo, para adivinar quién sería el ganador en cada categoría.

La verdad les confieso que fallé en dos, la primera fue con la de Mejor Atajada que ganó Nicolás Vikonis, arquero de Millonarios por una jugada ocurrida en un partido contra Santa Fe. Si bien es un gran portero el uruguayo, más allá que en los clásicos del año pasado quemó tiempo como cualquier arquero del Quindío o el Cucutá peleando descenso, no creí que le ganaba a la inmensa tapada de Franco Armani en el clásico paisa, y no me equivoco en decir que el mismo Vikonis estaba igual de sorprendido que yo cuando fue el elegido.

Mi segundo descache, ocurrió cuando eligieron al Mejor Jugador de La Liga, pues aunque para nadie es un secreto que Jimmy Chará es un gran jugador lleno de virtudes, solo convirtió 5 goles y en realidad tuvo solo un semestre para ser medido, mientras que Harold Preciado marcó 25 goles y también fue Campeón como Chará, pero con el Deportivo Cali en el 1er Semestre. En el ramillete también estaba el gran central Pacho Meza que se consolidó en Santa Fe como el mejor central de la Liga, hecho que lo llevó a la Selección Colombia y al Fútbol de México este año. Aun no entiendo cómo se dio el resultado para Chará, pero si no era él quien ganara el premio, seguro seguro seguro, se lo daban a Duque, ustedes me entienden.

El premio al mejor gol hubiera podido ser para cualquiera, finalmente ganó el de Vladimir Hernández, a mi me gustó, y acá creo que la subjetividad quizás era más marcada, pero el ganador no dejó en los fanáticos un sin sabor amargo, como dijo el filósofo Freddy Totono Grisales hace ya muchos años.
Golazo de Vladimir Hernández, con el que ganó premio al Gol del Año.

El resto de los elegidos eran obvios, el mejor Técnico se lo dieron a Reinaldo Rueda, que en mi concepto es un tipo de bajo perfil y muy serio, dos veces mundialista y Campeón con Nacional, pero un título local jamás superará a uno internacional, y en ese orden de ideas no me parecía disparatado que el Premio a mejor técnico se lo dieran a Gerardo Pelusso, DT de Independiente Santa Fe y ganador de la Copa Suramericana el pasado 9 de diciembre (que siendo objetivos, es el tercer título más importante de la historia del fútbol colombiano después de las Copas Libertadores de Nacional y Once Caldas en 1989 y 2004 respectivamente). Pero sabía desde un comienzo que como fuera se lo iban a dar al técnico de Nacional, fuera Reinaldo Rueda, José Fernando Santa o Barrabás Gómez.
Gerardo Pelusso, DT Campeón Copa Suramericana 2015, con Independiente Santa Fe.

En cuanto al Premio a “La Mejor” Hinchada, ocurrió lo mismo, estaba cantado que el galardón también sería verde, quizás entendiendo que si el parámetro era por número de hinchas en el país, (y en los Sanandresitos) y por asistencia en número de espectadores al estadio, pues no habría como competirles. Datos del segundo semestre del año anterior hablaban de que Nacional y Medellín llevaron más de 700.000 asistentes, seguidos por Junior con más de 550.000, y Cali, Millonarios (Los que SIEMPRE llenan) y Santa Fe con más de 300.000. 

Mi reparo en este punto, es que Santa Fe no estuvo ni siquiera nominado en esta categoría, desconociendo de manera absurda que fue el mejor equipo colombiano en Torneos Internacionales (alcanzó cuartos de final en Copa Libertadores y fue Campeón de la Copa Suramericana), Campeón de la Superliga 2015 derrotando a Nacional, y Sub Campeón de la Copa Águila o Copa Colombia en la que cayó con Junior. Pueden mirar los videos o los reportes, en partidos contra Colo Colo, Atlas de México, Atlético Mineiro, Estudiantes de la Plata, Internacional de Porto Alegre, Independiente de Avellaneda o Sportivo Luqueño se tuvieron promedios de asistencia por encima de 20 o 25 mil hinchas, y en algunos casos hasta más de 30 mil, sin contar las tres finales con Junior, Nacional y Huracán. Entonces acá, quién fue el crack que no tuvo en cuenta estos pequeños matices para la nominación? Será que se basaron en un algoritmo tipo Natalia Springer?

Como ven, mi juicio puede ser subjetivo porque primero no soy periodista, y a veces se me sale el hincha (solo a veces), pero tengo mis argumentos, y así ocurre en todas las ceremonias de premios, al final de la jornada siempre queda alguien inconforme, desde una izada de bandera donde le ponen medalla al hijo del Prefecto de Disciplina del colegio, hasta cuando el Presidente de la Dimayor anunciando que le tenía una gran sorpresa a los asistentes, termina condecorando a su antecesor en un gesto de infinita lambonería.

En todo caso a pesar de mis reparos, ya estoy esperando ansioso los premios del próximo año, seguro mejorarán en todo, pongámosle fe, César Augusto quizás lleve un vestido propio, de pronto premien la Mejor Mascota o la cancha que produjo menos roturas de ligamentos cruzados, pero que por favor no dejen de invitar al Viejo Willy, para que vaya el próximo año con el Gato Aguirre. 

Al final si ustedes me preguntan, a pesar de todo el amor que le tengo al fútbol colombiano, prefiero al menos hasta la fecha, los Premios TV y Novelas, porque esos rara vez generan inconformidades, o me van a decir que no se pusieron dichosos cuando Luis Eduardo Motoa (Carlos Alberto Franco), ganó como Mejor Actor Protagónico de serie en 1999; o cuando Rafael Londoño (Julius) ganó como Mejor Actor Infantil el mismo año (aunque muchos decían que el pequeño, en realidad tenía 39 años para ese entonces); o cuando Ana Victoria Beltrán (Daniela Franco), ganó como Mejor Actriz de Serie en 2002? pero ante semejantes actuaciones, quien iba a discutir los resultados? ni siquiera Jaider Villla!

Ana Victoria Beltrán, mejor conocida por su eterno rol de Daniela Franco en Padres e Hijos.

Antes de irme amiguitos y amiguitas (lo digo así para no ser excluyente, de pronto algún Petrista me pone medidas cautelares por no ser incluyente), dejo constancia que si coincido plenamente con el Presidente de la Dimayor, el Dr. Jorge Perdomo, quien expresó esa noche: “Hemos presenciado una fiesta muy bonita, llena de mucha gala”…..y quien no dice eso teniendo al frente a Gamero?




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