lunes, 24 de septiembre de 2012

Y La Prensa Gritaba: Crucifíquenlo, Crucifíquenlo!

Gerardo Alberto Bedoya Múnera es un jugador que ha despertado más odios que amores, jugador temperamental, aguerrido en el medio campo, con excelente pegada y siempre figura en los equipos donde militó. Campeón con Cali, Racing e Independiente Santa Fe y con la Selección Colombia en la Copa América de 2001; también ha sido protagonista de roces y expulsiones a lo largo de su amplia trayectoria profesional, hoy sigue jugando a sus 36 años. El sábado pasado, Bedoya alcanzó su expulsión número 41, todo un anti record para el fútbol mundial.

Pero hay que reconocer que admiré a Bedoya desde sus inicios, cuando llegado del Deportivo Pereira, se consolidó en el Deportivo Cali, saliendo campeón de la Liga Colombiana con el conjunto azucarero en 1998 y haciendo parte del equipo subcampeón de América al año siguiente, bajo la dirección de José Cheché Hernández.

Un par de años después, Bedoya se integró al Racing Club de Avellaneda; La Academia llevaba más de 35 años sin salir campeón del torneo local, pero de la mano de Reinaldo Mostaza Merlo, Bedoya fue parte del histórico equipo académico que volvió a gritar campeón después de más de 3 décadas de ayuno. Lo que se grabó en la mente de los aficionados fue el golazo que marcó Gerardo Bedoya a falta de pocos minutos para terminarse el partido contra River (restando solo 2 fechas para culminar el campeonato) decretando el 1-1 final, que le entregó ese día un gran porcentaje del título a la parcial racinguista.

 Golazo de Bedoya a River, Racing Club Campeón 2001.

El viaje futbolístico de Bedoya continuó, retorno al Cali en 2003, se devolvió a Colón de Santa Fe en 2004, formó parte del  Puebla mexicano en 2005 en un breve paso por el país de Capulina, para viajar de vuelta al cono sur y ser parte de Boca Juniors también en 2005. Posteriormente, El General (apodado así porque un alto mando de las FF.MM. colombianas llevaba el mismo apellido), regresó a su país y se hizo ídolo en Atlético Nacional, entre 2005-2006 y seguidamente en la hinchada de Millonarios entre 2006-2009. Aunque fue resistido en un comienzo en las toldas embajadoras, poco a poco se ganó a la hinchada azul con su entrega.

Bedoya, en su paso por Millonarios.
Bedoya extendió su expedición y así como vistió nuevas camisetas no dejó de acumular nuevas sus expulsiones; para 2010 se vistió con los colores del Envigado y pocos meses después se puso los cortos y la ruana en el Boyacá Chicó. Al terminar su contrato, estuvo sin equipo hasta que Independiente Santa Fe lo fichó en contra de la mayoría de la hinchada a comienzos de 2011, primero por ser un referente reciente de la hinchada de Millonarios y en segundo lugar por ser un jugador que pasaba los 35 años.  Sin embargo aunque tuvo un comienzo silencioso en el Expreso Rojo Capitalino, su desempeñó con el paso de los partidos creció hasta consolidarse en el equipo, destacándose su participación en la Copa Bridgestone Suramericana y en la Liga Postobón 2011-2. Hace apenas 2 meses, Independiente Santa Fe se coronó campeón de la Liga Postobón 2012-1 y Bedoya fue una pieza clave en el engranaje dentro y fuera de la cancha, todos lo reconocieron como uno de los líderes destacados para la consecución de la estrella número 7.

Gol de Bedoya, semifinal Liga Postobón 2012-1, 
Santa Fe 2 - Itagüi 1.
El pasado sábado, en medio del clásico capitalino entre Santa Fe y Millonarios por la novena fecha de la Liga Postobon 2012-2, Bedoya en una jugada aislada y perdiendo la cordura le metió un codazo a Johnny Ramírez, mediocampista albiazul, justo frente al árbitro Adrian Vélez (de lo peor que existe en el arbitraje local, y es FIFA!), quien le mostró roja directa. Pero Bedoya estaba salido de sus cabales y agredió segundos después nuevamente al ofendido quien aún estaba en el piso, le tiró un puntapié que conectó su cara, generando una gresca en la cancha que terminó con la expulsión del también santafereño Cardona y del central azul  Román Torres. Al final el más perjudicado fue el propio Santa Fe, que jugó más de 50 minutos con 2 hombres menos en la cancha, los azules ganaron 1-2.

Desde el mismo sábado periodistas, hinchas de Millonarios y de otros equipos, incluso una minoría de la hinchada santafereña quisieron hacer de Bedoya un enemigo público, pidieron desde emisoras, revistas, blogs, noticieros y uno que otro pasquín, que se retirara del fútbol, que semejante bestia no era digna de perdón, incluso un conocido periodista dijo esta tarde en radio que Bedoya debió ser detenido por la policía el mismo sábado al salir del estadio, un comentario tan cretino como quien lo expresó. Hoy a las 4:00 pm, Bedoya en rueda de prensa citada por Santa Fe pidió perdón públicamente, se disculpó con los niños, con el fútbol, con su equipo, con la hinchada, con su familia y contó que ya se había disculpado con Ramírez, quien ya lo perdonó entendiendo que más allá del futbolista está la persona.

Gerardo Bedoya y Elkin Murillo, 
Campeones Copa América Colombia 2001.
Seguro que al General le darán más de 8 fechas de sanción, pero su club aseguró protegerlo para que supere el mal rato. En las redes sociales algunos bribones lo llamaron cobarde, hampón y criminal, lo más gracioso es que muchos de ellos, son simpatizantes del Real Madrid y adoran al portugués Pepe, todo un ejemplo del Fair Play! 

En mi opinión considero que más hampones son todos los jugadores, periodistas y directivos que recibieron miles de dólares de los narcos en los años 80 y 90, más criminales son aquellos que a diferencia de Bedoya pasan de equipo en equipo llenándose los bolsillos de plata sin esforzarse ni sudar la camiseta de los clubes que les dan para vivir y más cobardes son esos que desde un micrófono acaban con la vida de los que no tienen el mismo micrófono para defenderse, y pienso, que si en este país se han perdonado guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes, políticos, reinas brutas y hasta actrices que se han metido a la política, ¿Por qué no se puede perdonar a Gerardo? Acaso, ¿Esto no es también lo bonito del fútbol?

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