domingo, 13 de mayo de 2012

Mejor Ser Tigre, Que Payaso Triste

La primera vez que recuerdo haber visto un tigre en vivo y en directo, fue por el año de 1986 cuando una tía me llevó al Circo de Italia que estaba de visita en Bogotá cerca al estadio El Campín. Quizás antes hubiera visto alguno en el destartalado zoológico Santa Cruz o en alguna feria de tierra caliente, pero no lo tengo muy claro, no obstante de la ida a ese circo me acuerdo de casi todo.
Tigres en el Circo de Italia.
Fue bastante impresionante para mi tierna edad en ese entonces ver la cantidad de números que intrépidos artistas del circo ofrecían al público, lo único que me pareció una soberana tontería fue ver a los payasos que eran gordos y viejos y no causaban risa sino pesar, en todo caso salí fascinado del show y pensé que cuando creciera ser trapecista sería una profesión digna, porque la inocencia a veces raya en la estupidez.

Años después empecé a ver que el tigre era un animal increíble, que inspiraba respeto por su fiereza y por su belleza, en muchos programas de muñecos animados salían personajes alusivos al felino rayado y a otros miembros de su familia, como por ejemplo Tigro en los Thundercats. También era un símbolo reiterado en publicidad de llantas, aceites, seguros y diversos productos que querían representarse a través de las mejores cualidades del impresionante animal.

Por esos años, cuando también tomaba conciencia futbolística supe que una de las figuras del América de Cali (el mismo equipo del que los hermanos Rodríguez Orejuela fueron mecénas) era el argentino Ricardo El Tigre Gareca, un delantero efectivo en el área y a quien al comienzo yo asociaba con su apodo por la rubia melena ochentera que para entonces lucía vestido de rojo escarlata. Ese tigre era en medio de todo digno de ser apodado como el felino salvaje, no tenía dudas, pues marcó goles no solo en La Mechita sino en River Plate, Velez Sarfield, Sarmiento de Junín, Inpendiente de Avellaneda, Boca Juniors y hasta en la selección Argentina de mayores.
Ricardo El Tigre Gareca (Izq) con Julio Falcioni (Der) en su paso por el América de Cali.
Tiempo después, conocí el juego de otro tigre, el del teutón Stefan Effenberg quien se destacó por su temperamento y liderazgo en Alemania e Italia en la década de los 90. Un verdadero guerrero del medio campo; Al mismo tiempo seguí viendo a otras empresas incorporar en su imagen corporativa el distinguido felino como símbolo máximo, pasando desde cereales hasta zapatos deportivos.

Acabando la década del 90 surgió otro Tigre en el América de Cali, esta vez más parecido a una pantera por su tez negra y su afro, muchos hinchas de varios equipos diferentes a La Mecha, sufrimos en carne propia los goles de Jairo Castillo, un verdadero definidor con talento y condiciones, fuerte, rápido y explosivo, quien tuvo exitosos pasos por equipos del exterior como Velez Sarfield, Godoy Cruz e Independiente, e incluso por la selección Colombia, aunque no pudo alcanzar su máximo potencial por sus constantes actos de indisciplina.

Hace 6 años también apareció un nuevo Tigre pero en Millonarios y luego en Independiente Santa Fe, llamado Mario Alejandro Benítez, un morocho que no merecía si quiera que le apodaran el gato, porque solo era entrar al área para caerse, pisar el balón o pegarle con el borde equivocado y atragantarse de gol; no creo que Mario haya marcado con Santa Fe en su paso por el equipo cardenal más de 5 goles, un promedio muy pobre para el tamaño del apodo.

Sin embargo para el bien del fútbol mundial, pero especialmente para provecho de nuestro desvalorizado fútbol nacional surgió a mediados de la primera década del siglo XXI, El Tigre Radamel Falcao García, un samario hijo de futbolista nacido en el equipo Fair Play y madurado desde los 13 años en el seno del River Plate Argentino. Debutó en el primer equipo de La Banda bajo la dirección de Reynaldo Mostaza Merlo y se fue catalogando como figura con el pasar de los partidos. El colombiano hacia goles de todo tipo y destacaban entre sus principales virtudes su salto y su cabezazo letal. Radamel salió campeón con River en el clausura del 2008 siendo DT Diego Simeone.

Para 2009 fue vendido al Porto de Portugal, donde en su 2da temporada con el equipo de Los Dragones, consiguió la Europa League y además el título de goleador del torneo batiendo el record histórico del mismo con 17 goles. Pero la estrella de Santa Marta escribió nuevas páginas gloriosas en la temporada 2011-2012 pero esta vez en la Liga Profesional de España cuando en su primer año con el Atlético de Madrid alcanzó el 3er puesto en la tabla de goleadores solo detrás de los dos astros mundiales del momento, Cristiano Ronaldo del Real Madrid y Lionel Messi del Barcelona FC. Pero no solo sobresalió en la Liga, pues se dio el lujo de repetir nuevamente título de la Europa League la semana pasada derrotando con el equipo colchonero al Athletic de Bilbao de Marcelo Bielsa por 3-0 (con dos tantos suyos) y siendo nuevamente la figura de la final y por segundo año consecutivo el goleador del campeonato.
Celebración del 2do gol del Tigre Falcao García, final de la Europa League 2012.
Por esta nueva hazaña copera, toda Colombia ha sentido desde el pasado miércoles un desbordado pero merecido orgullo porque de nuevo hay un ídolo de talla mundial nacido en esta tierra, que no solo alegra al país cafetero por sus goles en cada fecha, sino que pone a soñar en la eliminatoria mundialista camino a Brasil 2014 al equipo de Pekerman, quien seguro hará del Tigre un jugador clave dentro de su equipo, cosa que no sucedía con anteriores entrenadores del combinado patrio quienes o ponían a Radamel en funciones defensivas o peor aún, le daban un puesto fijo en la banca de suplentes.

Como dice el dicho, Radamel no será ni el primer ni el último Tigre que aparezca cada tanto en el mundo del fútbol, pero con total convicción es fácil augurarle muchos más éxitos en el futuro que lo harán una leyenda mundial en medio de tan mediáticos tiempos, ojala pronto pase a un equipo de mayor jerarquía en Inglaterra, España o Italia, a donde vaya será figura de eso no hay duda.

De cualquier manera, aunque todos queremos al Tigre Falcao por sus goles y su humildad, en mi caso particular seguiré teniendo en el top de mis Tigres favoritos por delante del samario, a Jairo Castillo, quien botó el penal definitivo en la promoción del año anterior frente a Patriotas para mandar a su propio equipo, el América de Cali a la segunda división, detalle que a la fecha aún no tengo como agradecerle.
Jairo Tigre Castillo, al fallar el último penal de la promoción 2011 para irse con el América a la B.


No hay comentarios:

Publicar un comentario