martes, 6 de marzo de 2012

De Apodos y Colombianadas

Colombia es un país donde su gente  y su idiosincrasia aún siendo muy latinas llevan en la sangre algún tipo de gen andino-tropical que hace del país un sitio único donde pasan cosas que no pasan en ninguna otra parte del mundo, para bien y para mal. Somos el segundo país más feliz del mundo según un ranking que alguien publica año a año y damos gracias a Dios que exista ese ranking; y a pesar de vivir en guerra por más de setenta años y de afrontar los problemas típicos de un país en vías de desarrollo con una economía en crecimiento que extrañamente no lo refleja en sus índices de cobertura de salud, educación o empleo, el país pareciera caminar a su ritmo buscando su futuro y siendo fiel a sus tradiciones.

Sin embargo, esta tierra prometida, esquinera con dos océanos, productora del mejor café del mundo, rica en diversidad de orquídeas, aves, anfibios, pisos térmicos, fuentes de agua dulce, telenovelas y reinados en honor a todo tipo de frutas y animales tropicales, también ofrece un exceso inagotable de talento para bautizar a sus hijos más ilustres del deporte con los nombres y los apodos más osados.

Supongo que esta práctica nativa debe existir en el país desde siempre, lo que hace pensar que durante la época de la campaña libertadora ya ponían apodos a diestra y siniestra para los padres de la patria; además estoy seguro que de haber existido algún deporte masivo en esos años, más de un billete o una estatua de nuestros próceres hoy en día llevarían entre comillas y para su propia honra, más de un mote  como “El Cacique”, “Ají”, “El Envuelto”, “Alpargato”, “Machetico”, o “El Perro”.

Llevo viendo fútbol colombiano desde los tempranos años 80s, desde entonces varios apodos y nombres han quedado grabados en mi mente, dejando en ella rayones imborrables de buen gusto, con ese toqué exquisito e ingenioso que caracteriza a un colombiano de bien.

Remoquetes como “El Manimal Cortes”, “El Meneito Mendoza”, “La Cachaza Hernández”, “El Muelas León”, “El Tyson Hurtado”, “La Perra Carrillo”, “El Banano Murillo”, “El Triciclo Córdoba”, “El Chigüiro Benítez”, “El Campero Álvarez”, “El Pelusa Pérez”, “La Guama Cardona”, “El Pitillo Valencia”, “El Arriero Porras”, “El Pelícano Banguero”, “El Jeringa Guzmán”, “El Piña Mendoza”, “El Barrabás Gómez”, “El Gringo Palacios”, “El Apachurrado Ramos”, “La Flecha Gómez”, “El Marinillo” Serna, “El Alpinito Carrillo”,“La Gallina Calle”, “La Chichigua García”, “La Piraña Díaz”, “La Mosca Caicedo”, “El Chito Torres”, “La Puya Zuleta”, “El Chusco Sierra”, “La Sombra Duran”, “La Nigua Torres”, “El Carepa Gaviria”, “El Teacher Berrío”, “El Betún Lozano”, “La Brocha Vidal”, “El Panelo Valencia”, incluso árbitros como “El Chato Velázquez”, “El Kilométrico Reyes”, “El Cacharrito Ruiz” o “Mr. Bean Buitrago” son parte de nuestra familia futbolera.

Pero también caben nombres de pila inolvidables condimentados en su mayoría con apellidos oriundos de este suelo cafetero, Edwards (Jiménez), Jackson (Ibarguen), Teddy (Orozco), Grigory (Méndez), Eyner (Viveros), Herly (Alcázar), Hilario (Cuenú), Nixon (Perea), Stifer (Armero), Franklin (Cetré), Jherson (Córdoba), Plácido (Bonilla), Arnulfo (Valentierra), Danobis (Muñoz), Jhonier (Montaño), Freddy Indurley (Grisales), Cástulo (Boiga), Melquisedet (Navarro), Neider Yesid (Morantes), Jefrey (Díaz), Licoln (Mosquera), Walker (Cuesta), Arnoldo (Iguarán), Mayer Andrés (Candelo), Yosvidas (Fuentes), Wulfrant (Cervantes), Justino (Sinisterra), Gildardo (Gómez), Edison (Umaña), Nilton (Bernal), Dawlíng (Leudo), Hanyer (Mosquera), Ronald (Valderrama), Hayder (Palacio), Freddy Eusebio (Rincón), Pompilio (Páez), Cerveleón (Cuesta), Jhon Wilmar (Pérez) , Dorian (Zuluaga), Bonner (Mosquera), Senén (Mosquera), Bonifacio (Mártinez), Jong Harold (Viáfara), Foad (Máziri), Dorlan (Pabón), Amaranto (Perea), Aquivaldo (Mosquera), Osman (López), Bladimir (Ambuila), Jerson (Gonzalez), Euclides (González), Killian (Virviescas), Gumercindo (Riascos), Sherman (Cárdenas), o el Inigualable Jhon Kennedy.....(Hurtado) haciendo que nuestra liga, (la misma que en julio del año pasado calificaron como la 8va mejor del mundo), sea única, irrepetible y refinada, como le gusta a un buen hijo de esta tierra, porque ante todo el buen gusto.


La Perra Carrillo
John Kennedy Hurtado

Y aunque yo jamás le pondría a un hijo mío James, Astolfo o Arley, si sé que cuando salen nuevas promesas del futbol criollo y se dan a conocer valiéndose muchas veces de un ocurrente alias, vienen a mi mente los mejores recuerdos de la infancia, cuando sin importar el equipo del que era hincha  pegaba monas en cada álbum de fútbol colombiano con una alegría desbordada, soñando también que más adelante yo sería una de esas monas que llenarían el álbum perpetuando la pasión más grande de cualquier niño a lo largo de su vida, la pasión por el mejor deporte del mundo: El Fútbol, el deporte para todas las edades, el deporte rey.

3 comentarios:

  1. En Argentina a Serna cuando jugaba en Boca le decían "El Chicho Serna", tremendo jugador. Al día de hoy se extraña.
    D.Valletta

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  2. No olvidar a los hermanos Pajoy o Arrechea

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