jueves, 22 de marzo de 2012

No Me Gustan Los Animales, Pero Amo Las Mascotas

El término Mascota no se refiere solamente al “animal doméstico que convive con los seres humanos”, sino también al “personaje animado de un evento deportivo o de otra índole”.

Las mascotas en el fútbol como símbolo de los equipos o los torneos, nacieron para el mundo en La Copa Mundial de Inglaterra 1966 con El León Willie, un simpático felino de frondosa melena y guayos dignos de la época, que vestía una camiseta con la bandera del Reino Unido; de esta forma, no solo fue el emblema de dicho torneo sino la primera mascota oficial de una copa del mundo de la FIFA.

En México 70, se estableció como mascota del evento a un niño común pero muy mexicano que vestía los colores del Tri con un sombrero de Mariachi, a los creativos del momento se le agotaron las neuronas para bautizar a la creatura y le pusieron: Juanito. Alemania 74 presentó al mundo como mascotas dos hermanos llamados Tip y Tap, que representaron con los colores de Alemania Occidental (negro y blanco) y las 3 rayas Adidas en los botines, el espíritu de la competencia aún en plena guerra fría. Para Argentina 78 y en plena dictadura militar, el país anfitrión instituyó como figura a un niño muy parecido al Juanito mexicano, solo que cambiaba la camiseta del seleccionado con el  sombrero, y al igual que sus colegas manitos, la creatividad llego al tope máximo para bautizar al muñeco: Gauchito.

Ya en España 82 salió una mascota muy recordada por grandes y chicos, a la cual personalmente le guardo afectuosos recuerdos, siendo una de las que más juguetes vendiera con su figura, el conocido Naranjito es todo un hito en la corta y variada historia de las mascotas mundialistas. Luego en México 86  vino el querido Pique, un ají mexicano con sombrero, bigote y guayos que también generó afectos en los niños de todo el mundo.

Para el mundial de Italia 90, la mascota fue igual de aburrida que gran parte del campeonato, un muñeco llamado Ciao que parecía un armotodo con reumatismo, representó dicho torneo. En USA 94, los americanos entregaron como mascota a un perro alegre y correlón llamado Striker, mucho más fresca que algunas de sus antecesoras. Llegado cuatro años más tarde el mundial de Francia 98, apareció un gallo barrigón llamado Footix, que llevaba no solo los colores del anfitrión en su cuerpo, sino que daba el lugar más visible al Gallo, todo un símbolo del país Galo.  Con la llegada del primer mundial del siglo XXI realizado en Asia, el mundo entero se confundió cuando los organizadores de Corea y Japón 2002 presentaron al planeta tres muñecos gelatinoides, basados en una extraña mezcla entre Carietón y Los Barbapapa, a los que simplemente denominaron Spheriks, hoy diez años después sigo sin entender muy bien que eran. Ya en Alemania 2006, los organizadores recuperaron la universalidad de la mascota y crearon a Goleo, un león Teutón que tuvo amplia acogida en todas sus representaciones durante el torneo. Por último en cuanto a Mundiales, en Suráfrica 2010 se adoptó como mascota a un leopardo de pelo verde llamado Zakumi, fiel representante de la bio-diversidad del país de Mandela.

Pero como todo en la vida viene por partes iguales, hay que hablar también de las mascotas más notorias de algunas ligas vecinas y del fútbol local. Encontré en tierras Mexicanas la siempre respetable Águila Dorada del América o El Puma de la UNAM, pasando por otras tradicionales como El Jaguar de Chiapas, El Tiburón del Veracruz, El Gallo Blanco del Querétaro, El Gladiador del San Luis o El Potro Pepe del Atlante, hasta que tropecé con el Camote del Puebla, una especie de Patata Dulce que estaría más acorde para la última temporada del Boletín del Consumidor o del Tesoro del Saber.
Camote del Puebla.
Posteriormente, ahondando el tema pero en tierras Incas tuve sensaciones encontradas de mucha alegría y posterior depresión, pues encontré personajes dignos de un asadero vía Apulo con ambiente familiar y atendido por su propietario; fue entonces cuando vinieron a mi mente aquellos ya lejanos años 90 llenos de Perubolica y Goles en Acción, por Global Televisión.

Iniciando el recorrido de las mascotas en la patria de Laura Bozzo, vi con felicidad que tenían vigentes a tres leones, el primero llamado Prince del Bolognesi de Tacna, Megalea del Melgar de Arequipa y el León Porteño del Callao; conocí también al Grifo Carlitos (un pájaro) del Carlos Mannucci de Trujillo, pero luego pensé que alucinaba cuando descubrí que sin ningún reparo dos equipos adoptaron como propios, caricaturas mundialmente conocidas como la Pantera Rosa para Sport Boys del Callao y el Demonio de Tazmania para Sport Ancash, estoy seguro que por su uso dichos equipos no pagan derechos de autor.

Sin embargo no esperaba que mi suerte siguiera en ascenso y fue entonces cuando encontré una secuencia informativa con tres mascotas que llenaron de gozo mi vida, en su orden me enteré de la existencia del Burro Rolando del Cienciano del Cuzco (Aunque a primera vista pensé que era de un equipo de la costa Caribe de Colombia), La Muela del San Martin de Lima (digna de cualquier clínica odontológica en el 7 de agosto) y para sentirme simplemente “El elegido”, hallé al Baloncito Marrón del Inti Gas Deportes de Ayacucho, el cual no es ni más ni menos que un cilindro de cocinol o gas casero, yo simplemente no lo podía creer.....
Baloncito Marrón del Inti Gas Deportes de Ayacucho.
Claro que la dicha no estaría completa sin mencionar a las mascotas más significativas del rentado Colombiano, empezando con Monaguillo el León de Santa Fe inspirado en un León real que fuera mascota del club por muchos años, hoy sigue vistiendo la camiseta con el número 48 a su espalda año del primer título del equipo; asoma el Tiburón Willie del Junior de Barranquilla que ha tenido problemas por su poca educación con los contrarios y por sus impulsos sexuales que no controla ni con las porristas del mismo bando; también se conocen las mascotas de Nacional y Medellín, Nacho El Tigre Verde del primero y Odim El Gorila del segundo; de igual forma el Diablo Rojo del América de Cali y el Leopardo del Atlético Bucaramanga, que hace ya varios años llora su suerte en las tribunas del Alfonso López en la Primera B.

Sin embargo en este país siempre habrán coterráneos que estarán dispuestos a deleitarnos con su agudeza chibcha, gracias a ello cada ocho días puedo ver en la pantalla al Cuyigan del Deportivo Pasto, un peluche fusión de ratón y ardilla que canta versos sin rima en las faldas del Galeras o al Barcino, el novillo del Atlético Huila envuelto en los colores verde y amarillo, los cuales no combinan ni en los chalecos de Los Tupamaros; pero sin duda, el plato fuerte siempre será ver al Indio Pijao, el hincha símbolo del Deportes Tolima que más que un indio de los de antes, representa a un indio de los de ahora, posiblemente fungiendo como chofer de buseta en la capital musical en los momentos en que no asiste al Murillo Toro a ver a su amado vino tinto y oro, sencillamente de rechupete!


Millo.
No podría despedirme sin antes preguntar por la mascota de Millonarios a comienzos de este siglo, el denominado Millo, un niño que podía ser fácilmente el cruce entre un hijo de John Mario Ramírez y la versión rola de un Calvin (& Hobbes) de Chapinero, que aunque tuvo un sonado lanzamiento en sociedad, al final solo gozó de un fugaz paso por el club embajador y desapareció tan rápido como la carrera de Willington Ortíz en Televisión; si alguien sabe donde está en estos momentos no duden en llamar al CAI más cercano, seguro que a estas alturas Millo, que ya debe ser mayor de edad fue uno de los que acabaron con el Transmilenio hace dos semanas.

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