jueves, 29 de marzo de 2012

Los More-Nazis Se Toman Pasto

Tristemente, el tema del racismo es tan viejo como otros males de la humanidad, siendo uno de los más injustificables, y como el deporte es de alguna forma reflejo de lo que vive una sociedad, este flagelo no podía ser ajeno al mundo deportivo. Escándalos en el deporte han existido muchos, pero algunos en particular se han teñido gravemente por el tema racial.

Por suerte, atletas de raza negra por ejemplo, se han cansado de escribir una y otra vez gloriosas páginas en la historia deportiva del mundo moderno, nombres como Jesse Owens (Atleta Norteamericano que ganara varias preseas doradas en Berlin 1936 causando la indignación y la posterior retirada del estadio olímpico de Hitler), Mohamed Ali (el mejor boxeador de la historia), Michael Jordan (el mejor basquetbolista de la historia), Edson Arantes Do Nascimento “Pele” (uno de los 3 mejores futbolistas de la historia), Tiger Woods (el mejor golfista de la historia) o Usain Bolt (el hombre más rápido de la historia) son apenas una pequeña muestra de lo que esta raza ha logrado con sacrificio y mucho talento.

Pero irónicamente en países como Estados Unidos, tierra de libertad y oportunidades, el racismo extremo ha dejado ingratos y dolorosos recuerdos grabados en lo más profundo de su  historia, pues fue practicado con devoción por siglos en muchos de sus estados, especialmente en algunos del sur del país, aunque aún hoy no ha desaparecido; al mismo tiempo, El Viejo Continente que se jacta de ser la cuna de la cultura y el conocimiento moderno, se ha destacado en diversas oportunidades por originar en muchos de sus países, escandalosos episodios condimentados de violencia racial contra todo tipo de indeseados visitantes sean estos latinos (sudacas), árabes, negros, gitanos o judíos. El racismo aún después de tantos tristes sucesos pagados con sangre, sigue vigente, y el fútbol como una pasión de multitudes no se ha podido librar de su presencia.

Es bien conocido que futbolistas de primer nivel como Thierry Henry, Patrice Evra, Roberto Carlos o Samuel Eto´o han sido víctimas de burlas e improperios racistas desde las tribunas de conocidos estadios en Europa, y peor aún dentro de las mismas canchas de estos colosos por parte de algunos de sus propios colegas. Recientemente el caso más sonado se dio a finales de 2011 entre Luis Suarez (jugador del Liverpool y de la selección de Uruguaya) quién fue acusado de insultos racistas por parte de Patrice Evra (Marcador del Manchester United y jugador de la selección Francesa) quien aseguró que el charrúa lo había agredido verbalmente con este tipo de ofensas en un partido de la Premier League, como consecuencia de esto Suarez fue suspendido 7 fechas de la liga y multado con una suma de 40.000 libras (48.000 euros) por conducta antideportiva, todo un precedente para que estas situaciones no se repitan y menos, se generen desde la propia cancha entre los protagonistas del espectáculo.

Y aunque con multas, sanciones y hasta campañas educativas la FIFA ha buscado sentar bases más dignas para el fútbol en todas sus competiciones, el fenómeno de la segregación sigue demostrando que se alimenta de la ignorancia y que además sigue aferrado a algunos dementes que lo adoptan como su forma de vida y como el credo con el que se sienten realizados en su mundo irracional.

Desafortunadamente Colombia que copia todo lo que ve, fue protagonista también hace unos pocos días de un escándalo de esta índole en el partido que jugaban por la 8va fecha de La Liga Postobon I, el Deportivo Pasto y Equidad Seguros, cuando desde la tribuna pastusa bajaron repetidamente insultos racistas contra algunos jugadores del equipo asegurador como Carmelo Valencia y Dhawlin Leudo, ambos de raza negra.

Los denuestos se manifestaron a través de palabras y ruidos guturales emulando el sonido de gorilas, con la intención de agraviar a los jugadores negros del equipo bogotano durante el desarrollo del encuentro.  Fue tal el nivel de insultos que en un pasaje del juego, el capitán de los verdes Jhon Viáfara, instó tanto a sus compañeros como al árbitro del compromiso Juan Carlos Gamarra, a suspender el partido y a retirarse de la cancha como protesta y en rechazo absoluto a estas manifestaciones antideportivas y antisociales por parte de los hinchas locales.
Hinchas del Deportivo Pasto.
En vista de la situación, el cuarto árbitro tuvo que hacer un llamado por los alto parlantes del estadio La Libertad para que los desadaptados que habían generado el molesto suceso, recapacitarán bajo la amenaza inminente de que si no se ponía fin a las ofensas de índole racista, el partido terminaría suspendido con las consecuencias del caso para el equipo del Galeras; una vez acontecido este llamado de atención, la gente recuperó la cordura y el partido terminó con un 3-1 a favor del Deportivo Pasto, algo que al final fue una simple anécdota estadística en medio del suscitado malestar de los jugadores y el cuerpo técnico visitante.

Sin embargo, el escándalo en realidad se dio a conocer para todo el país al día siguiente cuando el equipo de Alexis García retornó a la capital y se hizo ampliamente conocido el impase por los diversos medios de comunicación; la secuela más notable de todo el tema se originó a los pocos días, con la imposición de una histórica sanción económica al Deportivo Pasto por el vergonzoso comportamiento de sus hinchas. La multa impuesta por la Comisión Disciplinaria de la Dimayor estuvo por el orden de los 11 millones de pesos, amparándose en el código único disciplinario de la Fedefútbol en su artículo 104, que reza: “El que mediante actos o palabras humille, discrimine o ultraje a una persona o a un grupo de personas en razón de su raza, color de piel, idioma, credo u origen, de forma que atente contra su dignidad humana será suspendido de 5 (cinco) a 10 (diez) fechas. Si los partidarios de un equipo cometen una de las infracciones mencionadas en el presente artículo, se sancionará al club afectado sin que se le impute una conducta u omisión culpable, con una multa en cuantía de veinte (20) a cuarenta (40) salarios mínimos mensuales legales vigentes”.

Esta medida, que actúa en concordancia con el reglamento del torneo, la constitución misma de Colombia y con el sentido común para vivir en una sociedad más equilibrada, en un país tan violento, tuvo increíblemente como respuesta desde la tierra del Cuy una posición de víctima y no de victimarios, alegando que una vez más todo lo expresado por la prensa del país entero y la posterior sanción al equipo Nariñense, no era más que otra nueva persecución al equipo pastuso, algo que realmente causa más indignación que los mismos insultos lanzados de las gradas aquel domingo 18 de marzo. En todo caso, el equipo del profesor Flavio Torres, apeló en primera instancia la sanción, sin embargo este lamentable hecho no puede girar en torno a la multa impuesta, sino a la causa de todo el bochorno.
Seguidor Del Nacional Socialismo Latino.
Lo que resulta más sarcástico es que el censo general de población del DANE en 2005, identificó como blanco y mestizo el 86%, indígena el 3,4% y como  afrocolombiana el 10,6% de la población. Con esta composición y conociendo las raíces étnicas nacionales, resulta estrambótico que en esta patria con tan variada mezcla racial, ahora se encuentren escondidos detrás de una mazorca o un tamal y camuflados en la mitad de una tribuna, algunos sinvergüenzas que habiendo nacido en San Juan de Pasto, Bogotá, Medellín, Cali, Ibagué, Cúcuta, Tunja o Barranquilla, crean que el cuento nazi de la raza pura es una forma de vida, y más aún, una forma de vida compatible con el trópico, la manga sisa, el masato, la peinilla, la media blanca o el bozo, y donde una inmensa mayoría de la población está genéticamente mezclada desde hace cientos de años, acá por eso no hay nazis, hay more-nazis, pura raza, puro sabor, puro cuento.

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