miércoles, 14 de marzo de 2012

Todo, Menos Perder un Clásico

Algunas personas que por ahí no sienten el fútbol con la sana irracionalidad que se debe, han cuestionado siempre por qué resulta tan importante ganar o perder un clásico, seguramente no entienden los connotaciones de un juego aparte, un momento único que alimenta una historia inmensa construida por años. Cada clásico es un huracán de pasiones que pone en juego mucho más que tres puntos ante el rival histórico, viviéndose además con una tensión rara que comienza siete días antes del pitazo inicial.

El primer partido que vi en un estadio cuando tenía 4 años, fue justamente un clásico bogotano y desde entonces cada vez que se repite es un partido aparte, no importan las estadísticas, ni la actualidad de los equipos, ni las nóminas, ni quien es el local o el visitante, ni quien lleva más o menos hinchas, lo único que importa es que el equipo de uno gane para elevar el ego futbolístico y para permitirse hacer todos tipo de chistes y cargadas a los adversarios amigosHay clásicos muy importantes que paralizan clases, oficinas, pueblos, ciudades, países e incluso guerras.

En Latinoamérica el superclásico entre CA Boca Juniors con CA River Plate, conocido como el clásico del Río de La Plata (y contemplado dentro de los 10 eventos deportivos alrededor del mundo a los que uno debería asistir al menos una vez en la vida), paraliza a todo un continente, en segundo renglón en tierras gauchas se dan el de Independiente y Racing Club en Avellaneda equipos rivales y vecinos, o el de Rosario Central y Newells Old Boys en la ciudad Rosario; el Fla –Flu, el clásico Carioca entre el Flamengo equipo del pueblo y las favelas frente el aristocrático Fluminense, hace hervir el Maracaná cada vez que estos históricos se encuentran desde 1912; también está el paulista entre Sao Paulo y Corinthians, o el de Porto Alegre con Inter y Gremio.

También se conocen como históricos los clásicos entre El Crema Universitario de Deportes y el popular Equipo Corazón  del Alianza Lima en Perú; el de Colo Colo frente a la Universidad de Chile en Santiago; el de Nacional y Peñarol en Montevideo, dos súper campeones de la Copa Libertadores; el de Olimpia y Cerro Porteño en Paraguay; el multitudinario clásico mexicano entre el Las Águilas del América del D.F. y Las Chivas Rayadas de Guadalajara y los familiares clásicos entre Independiente Santa Fe contra Millonarios o los de América de Cali contra Atlético Nacional en Colombia.

En Inglaterra cuna del fútbol, existen partidos de todo tipo empezando por el clásico más antiguo del mundo entre Sheffield F.C. (fundado en 1857) y el Hallam FC (fundado en 1860), encuentro que se jugó por primera vez en 1861; pero el más representativo por su historia llena de títulos y finales es entre los históricos Liverpool FC (5 veces campeón de la UCL) y el Manchester United (3 veces campeón de la UCL), clásico que se ha mantenido vigente hasta la actualidad; también son clásicos importantes dos jugados en Londres, uno el del norte de la ciudad (otrora del mismo barrio en el distrito de Highbury) entre el Arsenal y el Tottenham Hotspur, y otro con antecedentes impetuosos entre sus hinchas, jugado entre el West Ham United (The Hammers) y el Millwalls FC.
Disturbios en el clásico Londinense entre West Ham United y Millwalls FC
Pero el fervor por los clásicos es global, están otros tradicionales en el Calcio Italiano como el capitalino entre AS Roma y SS Lazio símbolos del fútbol y de la política de izquierda y de derecha respectivamente, o el de La Madonnina entre el FC Internazionale y el AC Milán, también el recordado clásico de Turín entre Juventus FC y el Torino FC, o el de Génova entre el UC Sampdoria y el Genoa FC.

De España para el mundo el Derby entre el Real Madrid CF y el FC Barcelona, que hace varias décadas simbolizó también la lucha entre El Franquismo de Madrid y la Lucha Republicana de Catalunya en plena Guerra Civil Española, es reconocido hoy día como el más importante del mundo, por tener las nóminas más caras y porque cuenta en sus anales con la mayoría de nombres más rimbombantes de la historia; el clásico Vasco entre el Athletic Club de Bilbao y La Real Sociedad de San Sebastián destaca por su recio juego, o el de Sevilla  FC entre el Sevilla y el Betis uno de los más tradicionales, en la madre patria también sobresale el derby de Madrid entre el Real y el Atlético aunque la paternidad del primero sobre el segundo es abrumadora.

En Alemania, el clásico teutón entre el Bayer Múnich y el Werder Bremen (hoy en día algo desvalorizado) tiene una  amplia historia de figuras y títulos especialmente en los años 70s y 80s, también se hace presente en la lista el clásico entre el Schalke 04 y el Borussia Dortmund, este con un carácter básicamente geográfico.

En Europa no solo existen los nombrados anteriormente entre los poderosos de siempre, se destacan varios más como él clásico de Glasgow entre los protestantes del Rangers FC y los católicos del Celtic FC de raíces irlandesas, un partido más allá del fútbol y uno de los más antiguos del mundo; o el más amistoso del mundo en el norte de Escocia entre el Dundee y el Dundee United, donde sus estadios se encuentran separados por menos de 300 metros y donde existe un frente común de hinchas de ambos equipos que se une para alentar cuando alguno sale de la ciudad para jugar de visitante.

Aparecen otros dos clásicos en el plano Europeo que han destacado en algunas ocasiones por el extremo fervor y la violencia de sus hinchadas, el que ocurre en Turquía entre el Galatasaray Spor, con cuna en una escuela aristócrata y el Fenerbahce Spor de la clase obrera, curiosamente aunque ambos son hijos de Estambul están ubicados en distritos separados por el canal del Bósforo, estando el primero del lado europeo y el segundo del lado asiático de la ciudad, dando origen a que este clásico sea reconocido como El Intercontinental; también se cuenta el clásico del Olimpo, entre el Panathinaikos FC y el Olympiacos CFP en Atenas uno de los más candentes del continente por sus hinchadas y su tradición. 
Roces en un clásico entre el Fenerbache Spor y el Galatasaray Spor en Turquía
Como no mencionar los coloridos encuentros entre el Los Leones del Benfica y Los Dragones del Porto en Portugal o los del AFC Ajax versus su archirrival el Feyenoord en Holanda, siempre amplían su historia partido tras partido.

Clásico aparte el que se jugaba en la antigua Yugoslavia entre el Dinamo Zagreb (de Croacia) y el Estrella Roja de Belgrado (de Serbia), estos dos equipos rivales históricos serían símbolo del nacionalismo que explotó en la sangrienta guerra de Yugoslavia durante gran parte de la década del 90, haciendo que el fútbol arraigara diferencias políticas, raciales e históricas entre los serbios y los croatas principalmente; Hoy en día, dicho encuentro se dividió en dos más ya siendo  Croacia y Serbia repúblicas independientes, en el primer caso revalorizando su eterno clásico entre el Dínamo Zagreb y el Hajduk Split, y en el segundo entre el Estrella Roja y el FK Partizan ambos de la capital, partidos literalmente jugados a muerte.

Pero independientemente del poder de los clubes enfrentados, del reconocimiento mundial de los mismos o de la vigencia del partido, en cada ciudad que se respire fútbol siempre el clásico local cobrará importancia generación tras generación. El que ha ido a un clásico sabe lo que representa, lo que está en juego como fanático y lo importante que resulta para un amante del fútbol hacer parte de la historia que se sigue escribiendo de vez en cuando, cada que dos históricos se encuentran en una cancha, ante sus hinchadas y ante ellos mismos para dejar todo en la cancha por el honor y la gloria; y aunque sé que Dios está muy ocupado para resolver quien debe o no ganar un clásico, igual siempre le rezo para que mi equipo salga victorioso y no sea yo de quien en los días siguientes, se burlen por todo tipo de medios.

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