En los comienzos de la era
profesional, los jugadores ya adultos también se debían a unos colores, a un
solo escudo y a una sola hinchada; era impensado estar cambiándose de bando y
el dinero era solo un factor más de la naciente pasión por la pelota alrededor
del planeta. Los futbolistas en amplia mayoría tenían otros oficios en la
semana, pero el domingo panaderos, guardias civiles, carniceros, albañiles y
oficinistas se vestían de cortos para juntarse con los amigos del barrio y divertirse
con la esférica. Así nacieron los primeros equipos, como grupos de amigos que a
lo largo de los años dieron con su juego un sentido real de pertenencia a
ciertos barrios y a ciertas ciudades, con lo cual también se forjaron las
primeras rivalidades y los primeros clásicos.
Pero con el pasar de los años, el
mundo se fue volviendo más complejo y el dinero comenzó a tomar protagonismo en
el deporte y el fútbol no fue ajeno a ello. En Europa y América Latina desde
los años 30, muchos jugadores se atrevieron a viajar a otros países con el
ánimo de buscar mejores rumbos o simplemente por tener un espíritu aventurero
dejaron atrás sus pueblos natales para explorar el mundo. Muchos argentinos por
mencionar un ejemplo, hicieron fama en Italia donde se nacionalizaron luego para
jugar con la Squadra Azzurra campeona
de los mundiales del 34 y del 38.
A Colombia llegaron a comienzos
de los años 50 muchas de las estrellas argentinas de River Plate, que por causa
de una huelga de futbolistas debieron emigrar a naciones septentrionales para
no estancar su carrera, fue así que Rossi, Pedernera, Di Stefano y compañía
arribaron al Club Deportivo Los Millonarios, para forjar la llamada Época del Dorado, donde la consecución
de varios campeonatos y un vistoso juego que alcanzó niveles internacionales,
les permitió el reconocimiento incluso en el viejo continente.
Esos primeros cracks llegados de
tierras sureñas fueron una especie de padres de la liga Colombiana, pues
nutrieron con su magia el incipiente fútbol local que sin embargo para esos
años ya despertaba toda la euforia del caso tanto en hombres como en mujeres. Y
entre más años transcurrieron, más extranjeros poblaron las diferentes ligas
del mundo, con lo que el tema económico cobró protagonismo, pues los equipos
grandes se fijaron en la importancia de montar estructuras que apalancadas en
su poder adquisitivo les permitiera conseguir refuerzos venidos de latitudes
lejanas, así surgieron los primeros caza talentos que posteriormente derivarían
en los empresarios y representantes de la actualidad.
Con esos antecedentes, el sueño
del niño de jugar toda la vida solamente en su equipo favorito para llenarlo de
alegrías y gloria fue cada vez más difícil, pues los genios de la pelota
comenzaron a ser tentados desde temprana edad para irse a clubes grandes y
poderosos, que con el afán de alcanzar títulos y por ende ganancias económicas,
les ofrecían jugosos contratos, comodidades y una vida llena de lujo y fama,
elementos que una mayoría de los casos brillaron por su ausencia durante la
infancia y parte de la juventud de los futbolistas, casi todos de humilde
origen en sus ciudades y países.
Es una realidad que en estos
tiempos se diga que todo el mundo tiene un precio, el dinero manda en casi
todas las actividades de la humanidad, el deporte no es la excepción a dicho
dogma y por ello los jugadores de hoy en día se venden al mejor postor sin pena
alguna, atrás quedan los ideales del amor a una sola camiseta; el vínculo con
el primer equipo que muchas veces es también el equipo amado se rompe
fácilmente y los contratos se vuelven lo más importante para el jugador
profesional. A veces por plata pueden marcharse hasta al equipo archirrival sin
sonrojarse siquiera, como lo hiciera el portugués Luis Figo, ídolo y capitán
del Barcelona FC quién por dinero vendió su alma y se fue al Real Madrid para
que desde entonces fuera considerado el enemigo público de muchos en Catalunya
y a quién por ese episodio le apodaron El
Pesetero.
![]() |
Titular del Diario Marca del 1er Derby de Figo en Barcelona, como jugador del Real Madrid. |
Pero a diferencia de Figo, en la
televisión colombiana tuvimos el buen ejemplo de Frigo, el amigo atolondrado de
Pilarica en la comedia de televisión
de los años 90 Tentaciones, quién inició
y culminó en dicha serie su cortísima carrera actoral en la pantalla chica, sin
venderse a otro programa o a otro canal para tranquilidad de todo el país; pero
mientras las estrellas futbolísticas de hoy pasan de un club a otro, yo no
imagino a Daniela Franco de Padres e
Hijos en su momento de más sintonía, vendiéndose al canal RCN por unos
refrigerios adicionales en su contrato, para hacer de doble de Barney o de
hermana de Marbelle porque talento y medidas para eso tenía de sobra, pero Ana
Victoria (su nombre de pila) prefirió entregar con total fidelidad toda su
carrera al dramatizado favorito de las empleadas del servicio de todo el país
por más de 15 años, para retirarse después al anonimato.
![]() |
Frigo y su único papel en Tentaciones. |
Lo que si queda claro es que la
plata manda en todos los ámbitos, para no ir más lejos, figuras como Cristiano
Ronaldo, Fernando Torres, Zlatan Ibrahimovic, Sergio Agüero, Radamel Falcao
García, Kaká, Arjen Robben, Diego Forlan
entre otros ya han pasado por diversos equipos y es algo normal en la actualidad.
Pero ¿no es más admirable un
jugador que siempre vistió la misma camiseta? ¿Así como Ramoncito o Ramiro de
la Espriella (Costeño tenía que ser) en Dejémonos
de Vainas que duraron 14 años fieles a la Familia Vargas y a Coestrellas?
Pienso que si es más admirable y efectivamente hubo jugadores que se la jugaron
por una sola escuadra durante toda su carrera y se retiraron después con muchos
títulos, pero quizás de una manera más digna respetando sus afectos y dándolo
todo por la casaca de sus apegos.
![]() |
Ramoncito, fiel a un solo programa de Tv por 14 años. |
Cabría mencionar del Milán AC a
Paolo Maldini y a Franco Baresi (el equipo retiró sus camisetas en honor a
ellos para que nadie más las use, la número 3 del primero y la número 5 del
segundo); Giusspe Bergomi del Internazionale de Milán; Francesco Totti y Daniele
De Rossi de la Roma; Paul Scholes, Gary Neville y Ryan Giggs del Manchester
United; Tony Adams del Arsenal FC; Steven Gerrard y Jamie Carragher del
Liverpool; Manolo Sanchís e Iker Casillas del Real Madrid; Andrés Iniesta, Xavi
Hernández y Lionel Messi del Barcelona FC (a la fecha); Sepp Maier y Bastian Schweinsteiger
del Bayern Munich; Julen Guerrero del Athletic de Bilbao; Ricardo Bochini del
Independiente de Avellaneda; Antonio Rattin de Boca Juniors y Reinaldo Merlo de
River Plate. De todos estos hombres no hay uno solo que no sea importante, hay
en esta lista (aunque hay más ejemplos) campeones de ligas locales, de Copas
Libertadores de América, de Copas América, de Eurocopas, de Copas de Campeones
de Europa y hasta de Mundiales FIFA.
Estos héroes dirá la historia,
fueron leales a un sentimiento, respetaron su origen, retribuyeron con títulos
la devoción de sus hinchas y también han tenido ingresos millonarios, pero
están en un selecto grupo de hombres que ante todo fueron fieles a su primer
amor, con esa monogamia por un solo equipo
escribieron en mayúscula su título de ídolos.