El arbitraje Colombiano es de las cosas
que más canas (textualmente hablando) me han sacado, incluso más que el hecho
que Petro no sepa tutear. Es muy raro no sentir ira, tristeza o ganas de
mentarle la madre a ciertos jueces de nuestro país con solo oír su nombre o
recordarlos en algún programa radial o televisivo, porque es confirmar que la
impunidad de nuestra adorada tierra llega incluso al deporte.
El llanero se retiró del arbitraje
profesional para mi suerte y la de millones de fanáticos del fútbol en todo el
mundo hace ya varios meses, no obstante hace poco la IFFHS (Federación
Internacional de Historia y Estadística del Fútbol) dictaminó que el Sr. Ruíz
era el tercer mejor arbitro del siglo XXI, ese día más allá de la esquizofrenia
misma de la noticia no me sorprendí, pues esta federación nunca ha publicado un
solo ranking donde la gente al leerlo no sienta que un agujero negro está a
punto de abrirse por las barbaridades que cada tanto en ellos presenta. Pero
seguidamente pensé que donde haya un colombiano todo es posible y si Víctor
Hugo Aristizabal fue el mejor jugador del mundo sin balón, ¿Por qué el Cacharrito no
podía ser alguna vez considerado, así fuera por una federación de broma un buen
arbitro?
Llevo mucho tiempo siguiendo la liga
local y fácilmente pueden ser unos 28 años viendo jugadores de todo
tipo pasar por las canchas de la patria forjando su propia historia, sea ésta
para reír o para llorar; en menor medida también observando a los entrenadores
que normalmente llegan para quedarse perpetuamente deambulando como almas en
pena por los equipos nacionales, muchos reencauchándose sin sonrojarse entre
rivales de patio y resistiendo en sudaderas fluorescentes el paso del tiempo,
como Steven Seagal que desde que me acuerdo tiene mirada de chino malo y cola
de caballo, aunque hoy seguro, no puede tener menos de 92 años de vida.
Sin embargo, dentro de tantos buenos
recuerdos en los diferentes estadios del país (si es que a algunos se les puede
llamar estadios), siempre hay una mancha negra presente en mi memoria que ha
sacado y sigue sacando lo peor de mí cuando soy testigo de sus malintencionadas
decisiones, una mancha tan sucia como imperecedera: Los árbitros.
Siempre me pregunté desde que era
pequeño, en qué momento de la vida una persona escoge una carrera o un oficio,
de niño siempre se sueña con ser policía, astronauta, soldado, bombero y claro,
futbolista! pero uno crece y dadas algunas circunstancias y talentos, el niño
que quiere ser grande se vuelve en poco tiempo abogado, ingeniero, taxista,
carnicero, albañil, locutor, actor de reparto, panadero, celador y no falta el
que se hace estilista….pero carajo, ¿Por qué turbias razones o vivencias un
niño al llegar a su adultez decide ser arbitro? ¿Qué traumas tuvo que soportar
en la infancia para tomar una decisión tan radical? ¿No le regalaron nunca un
balón en su infancia? ¿O acaso no lo dejaban jugar en los recreos los demás
niños por su mínimo talento con la pelota en los pies? ¿O todo entonces es una
venganza de algunos frustrados contra los que si disfrutamos del fútbol?
A veces pensaba que ser arbitro era un
castigo del destino a quienes en otras vidas habían sido descendientes de Caín,
amigos de Atila, verdugos de la inquisición, conquistadores españoles o
compositores de música ranchera, pero al crecer vi con incredulidad que quién
escoge ser arbitro en cualquier parte del mundo lo hace por gusto propio y la
verdad no me queda muy claro todavía, si no hubiera sido más digno en ese caso
irse por la vida de la tijera y los salones de belleza.
![]() |
Niño Árbitro en Perú, increíble pero cierto. |
Desde que tengo memoria siempre hubo en
Colombia pésimos árbitros que dañaban desde un amistoso hasta una final, por
ejemplo Jesús Chucho Díaz, juez costeño que no perdonaba
partido en Bogotá sin echar mínimo dos jugadores del equipo local, o años después
como el paisa Armando Pérez, un árbitro polémico y localista que llegó a estar
secuestrado unos días en la época más turbia del fútbol cafetero al final de
los años ochenta, cuando los narcos de Medellín y Cali inundaban el país con
dólares, muertos y varias estrellas colgadas en los escudos de sus equipos
favoritos.
Después vinieron árbitros igual de malos en los años noventa, como J. J. Toro
apodado Mr. Red porque por partido no bajaba de cuatro expulsiones con o sin
causa, o el recordado bogotano Felipe Russi, un completo negligente dentro de
la cancha y con una arrogancia propia de actor de Padres e Hijos. Nombres de
estos recordaros referees pueden haber decenas pero mencionarlos me haría
hervir la sangre, el problema es que siempre hubo malos jueces y aunque
mancharon con su pito innumerables juegos y resultados, jamás fueron duramente
sancionados, suspendidos o multados.
![]() |
Hernando Buitrago, juez colombiano apodado Mr. Bean. |
Pero el peor ejemplo es el del llanero
Oscar Julián Ruíz, un abogado de profesión que también optó por ejercer el
arbitraje paralelamente durante muchos años en Colombia, amigo de un gran
número de periodistas y con algún padrino invisible en la Federación Colombiana
de Fútbol y quien dice que no, hasta en el propia Conmebol. El Cacharrito como
le llamaban sus más cercanos amigos en la prensa deportiva del país, sobresalió
siempre por pitar con firmeza y mesura en el exterior, lo que se le premió en
repetidas oportunidades al darle la posibilidad de arbitrar finales de Copa
Libertadores, Copas Intercontinentales de Clubes y un sinnúmero de partidos en
mundiales, Copas América entre otros certámenes FIFA.
Pero en Colombia sus actuaciones
dejaban mucho que desear, los días que yo veía a Ruíz pitando en cualquier
cancha del país podía tener dos sensaciones tan opuestas como desatinadas, pues
lograba hacerlo como un aprendiz al que se le habían quedado en la casa las
tarjetas y el carácter según los rivales de turno, o a un pillo que disfrazado
de negro se reía socarronamente de cuestionadas decisiones que cambiaban sin
pudor el curso de un partido o de un campeonato.
Igual pitara bien o pitara mal, Oscar
Julián casi nunca fue cuestionado, todos sus compadres desde la tribuna
periodística no se molestaron jamás en criticarlo, pero si en repetirle al país
una y otra vez que Ruíz era el mejor árbitro de la historia, que gracias a Dios
era colombiano y que mejor aún era nuestro representante en los mundiales de
fútbol, Cacharrito era Colombia en el mundial!!!
Por razones varias, el llanero jamás fue de mis afectos, partido que pitaba en Bogotá partido que terminaba con polémica y normalmente favoreciendo a equipos del occidente del país. Pero en realidad lo que más me afectaba, no era que Ruíz metiera la mano y volteara la cancha a su antojo, sino que tenía la facultad de imitar voces de personalidades del país como las de los ex presidentes Gaviria, Samper o Pastrana, más una deliciosa variedad de figuras de todo tipo, lo que resaltaba su ingenio y buen humor.
Por razones varias, el llanero jamás fue de mis afectos, partido que pitaba en Bogotá partido que terminaba con polémica y normalmente favoreciendo a equipos del occidente del país. Pero en realidad lo que más me afectaba, no era que Ruíz metiera la mano y volteara la cancha a su antojo, sino que tenía la facultad de imitar voces de personalidades del país como las de los ex presidentes Gaviria, Samper o Pastrana, más una deliciosa variedad de figuras de todo tipo, lo que resaltaba su ingenio y buen humor.
Alguna vez en pleno zapping tuve la
mala suerte de verlo en un programa de la mañana de un canal privado, de esos
donde todos los presentadores e invitados siempre están felices entre recetas
de cocina, conferencistas que suben el autoestima en tres lecciones y
juegos dignos para un paseo de niños de 7 años, allí el Cacharrito se
robaba el show imitando a cuanto reconocido mequetrefe le pedían remedar, ese
día entré en depresión profunda por varias semanas, jurándome que jamás
sintonizaría de nuevo un canal de televisión nacional durante la mañana y mucho
menos me alegraría en adelante que Oscar Julián fuera “Colombia en el mundial!”
¿Pues qué culpa tenían los demás que nosotros no viajáramos y el sí?
De todas maneras no se me preocupe que si se fue Ruiz, ahí detrás viene Roldán que es otro nefasto.
ResponderEliminarTranquilo pero....se le acaban cada día mas las excusas a Santafe para no ganar nada.
ResponderEliminar